En Ceuta tenemos bastante complejo con eso de los homenajes, las estatuas, las calles, los monumentos y las medallas. Hay como una necesidad folclórica de felicitar por todo. No tienen más que ver los actos oficiales o en qué se han convertido las conmemoraciones de ‘las patronas y patronos’ de las fuerzas de seguridad en donde ya solo les falta repartir placas de agradecimiento al portero de la esquina. Estamos ya rozando el show, que lo sepan.
Ahora al PSOE le da por pedir que se le rinda un homenaje a la Policía Nacional con un monumento por ser “una de las instituciones más queridas y valoradas por la sociedad española”.
Aprovechando que se acerca el bicentenario, se les ha ocurrido que hay que colocar un monumento en Ceuta para reconocer “su labor impagable”, dicen. “Todo homenaje es poco para agradecer su trabajo”, añaden.
Y yo me pregunto si a los policías nacionales les interesa más que haya una escultura en su honor o tener una sede de Jefatura Superior en condiciones bien alejada del piso patera en el que se ha convertido la central de Colón, con despachos que parecen ratoneras y que terminan siendo compartidos por funcionarios.
No sé, igual a esos policías les parece mejor que el Gobierno -ahora en funciones- cumpla la eterna promesa de dotarles de unas dependencias dignas para no tener que entrar a diario en un lugar de trabajo parcheado, tercermundista y falto de seguridad.
Yo, de ser policía, preferiría todo eso antes que un monumento. Yo de ser policía preferiría que todos mis compañeros tuvieran chalecos antibalas propios, vehículos acordes o que se contara con recursos materiales y personales suficientes para no tener que dejar las noches mermadas y hacer mil maniobras para sacar adelante el trabajo. Ese sí que sería un buen homenaje.
Pero claro hay quien piensa que donde haya una estatua que se quite todo lo demás. Porque eso de los derechos laborales, mejoras, recursos… puede seguir guardando polvo en el cajón de los engaños, que es donde conviven las falsas promesas.
Aquí como nos gusta mucho eso de tirar de convocatoria, invitar al vicario y al comandante general a las inauguraciones e incluso disponer de hilo musical… pues termina siendo normal que un partido llegue a pensar que el mejor de los homenajes es plantar otro monumento en Ceuta entrando casi en guerra con las rotondas. Qué le vamos a hacer. Debe ser que eso es lo que espera la Policía y yo esté, seguro que sí, equivocada.