Se concretan los plazos para disponer de la que será la nueva frontera del Tarajal con medios adaptados a la seguridad esperada en uno de los pasos más importantes erigido además en frontera sur de Europa.
A finales de noviembre se quiere dar por terminada la obra para que a primeros de 2024 se pueda poner en marcha la gran prueba que ayude a verificar que todo funciona como debe.
Y ese todo se refiere al ambicioso plan de saber quién es el que cruza la frontera, quién entra, quién sale... Lo normal en una frontera que durante muchos años funcionó de una manera distorsionada y que ahora se parece cada vez más a la estructura moderna que merece.
Los controles documentales que se hacen han permitido garantizar por vez primera un registro adecuado de trabajadores regularizados amén de servir para detectar a un grueso importante de reclamados judiciales que no han podido sortear la acción de los verificadores.
Con los sensores y las cámaras se conseguirá un control además de la instauración de la llamada frontera inteligente que permitirá la realización de un reconocimiento facial ganando en fluidez que, en el fondo, es lo que se necesita.
El plano de fechas está sobre la mesa y salvo imprevistos se irá cumpliendo tras una inversión que se ha centrado en eliminar todas las carencias que han sido arrastradas durante años dejando escenas dignas de olvido.