Las pasadas Navidades un sobrino-bisnieto de menos de tres años, que vive en la Península, “confeccionó” una felicitación que su padre, con gran ilusión, me remitió por correo certificado y urgente.
En la oficina remitente le exigieron que declarara su valor que, aunque para su padre tenía un valor sentimental inmenso, reconoció que su valor material no era mucho y puso un euro. Cuando llega la carta a Ceuta tiene que pasar trámites aduaneros sin fin, con dos visitas mías a Correos y por fin, al cabo de un mes y cinco días, la carta URGENTE llega a mi poder; pero con el añadido de tener que pagar 2,83 euros por derechos de Aduana.
Hace unos días falleció un familiar en Cádiz y parte de mi familia se se trasladó, desde Ceuta, para asistir al funeral. Con los abrazos de pésame y de despedida, una de mis hijas perdió un pendiente que no localizó antes emprender el regreso a Ceuta. Al día siguiente fue localizado y diligentemente enviado por correo certificado a mi domicilio.
También en la oficina remitente le exigieron que diera un valor al objeto enviado, y se puso 5 euros. Esta vez, como el envío no era Urgente, llegó mucho más rápido, pero no me libré de la segunda parte, me exigieron 3,23 euros por trámites de aduana.
Ceuta tiene un régimen económico y aduanero especial y supongo que si se continúa con él es porque es beneficioso para la ciudad, pero no puede ser tan rígido que a los caballas nos prive de la satisfacción de recibir una felicitación o unas fotografías de un nieto, ni de que podamos remitir o recibir objetos sin valor comercial alguno, o que tengamos que pagar por ello.
Más vale pagar el IVA y que nos dejen de marear!!!!!!