Las playas de Tánger-Tetuán-Alhucemas se han convertido en un punto negro para los datos de ahogamientos en Marruecos. Sus principales víctimas: los vacacionistas que acuden a la región en busca de un chapuzón que les ayude a sobrellevar las altas temperaturas.
Según datos obtenidos por el diario electrónico Tanja24; las cifras son alarmantes. Y es que tan solo en el pasado mes dos niñas fallecieron ahogadas al ser tragadas por las olas de la playa de Hauara, en la localidad de Buhalal, al sur de Tánger. Sucedió hace dos semanas.
Más recientemente, hace escasos días, otro joven perdió la vida de la misma manera en la playa de Arcilla.
No son casos aislados; tragedias como estas "se repiten casi a diario en las diversas zonas costeras del norte, especialmente en las del frente atlántico", asegura este medio marroquí.
Las razones del aumento de los incidentes de ahogamiento se deben a varios factores, incluida "la alta densidad de vacacionistas en algunas playas" y la irresponsabilidad de algunos bañistas, que "a pesar de las advertencias nadan en espacios desatendidos fuera del alcance de la cobertura de seguridad".
El desprecio por las instrucciones y direcciones dadas por los socorristas y la natación "en franjas horarias inapropiadas" también juegan un papel destacado en estos trágicos incidentes.
Las autoridades públicas competentes intentan por todos los medios reducir la frecuencia con la que suceden.
Entre las medidas destaca el reclutamiento de nadadores expertos para ejercer la labor de socorristas y la presencia de equipos de ambulancia cualificados con el equipo necesario para asegurar intervenciones rápidas en caso de emergencia.
También resultan de especial relevancia las campañas de sensibilización y concienciación en beneficio de los vacacionistas, a los que intentan inculcar la importancia de seguir las medidas de seguridad en las playas a través de folletos y charlas informativas.