El 23 de mayo de 2023 El Faro de Ceuta publicó una noticia de agencia con el siguiente titular “Solo en Ceuta y Melilla hay más hombres que mujeres en edad de votar: Las féminas son mayoría en todas las comunidades autónomas y únicamente las ciudades tienen predominio de varones”.
En el mundo nacen 105 hombres por 100 mujeres. También en España la población es mayoritariamente masculina hasta los 55 años, edad a partir de la cual cambia la tendencia por la mayor supervivencia de las mujeres. Este vuelco demográfico se retrasa en las ciudades de Ceuta y Melilla a los 70 años; es decir, entre los 55 y los 70 años aún hay más hombres que mujeres en estas dos ciudades autónomas, probablemente por la significativa presencia de tropas militares. De hecho, Ceuta es el lugar de España con mayor densidad de militares de las Fuerzas Armadas: por cada 26 ceutíes hay una persona militar (EFE, 2017), y de esta proporción, sólo el 8,62% son mujeres (FAS, 2021). Esta podría ser la explicación de por qué sólo en Ceuta y Melilla el porcentaje de electores en las últimas elecciones autonómicas y municipales fue mayor de hombres (51%) que de mujeres (49%). Ahora bien, aunque en el resto de comunidades autónomas el mayor número de votos fue de mujeres, si lo desagregamos por grupos de edad comprobaremos que en todo el territorio nacional habrían votado más hombres que mujeres en el tramo de 18 a 55 años por cuestiones demográficas. Estaríamos hablando, pues, de una brecha de género electoral de 2-3 puntos porcentuales correspondiente, más o menos, a la Población Activa de España (INE, 2023), pero es una diferencia estadística no significativa.
Resumiendo, la participación política de los hombres sigue siendo generalmente mayor a nivel institucional (pertenencia a partidos políticos y liderazgo). La brecha de género en implicación política se estaría reduciendo, principalmente, en mujeres jóvenes, de clases altas, con niveles de estudios más elevados, con empleo, progresistas y eco-feministas, aunque, a diferencia de los hombres, su implicación es mayor a nivel no institucional: actos de protesta, movimientos sociales... (XV Congreso Des-Igualdades de género en la implicación política, 2021). De acuerdo a la clasificación del profesor Castells, estas mujeres se enmarcarían en una identidad proyecto, frente a las identidades legitimadora o de resistencia, identidades que se encontrarían más masculinizadas.
La brecha de género es una medida que muestra la distancia entre mujeres y hombres respecto a un mismo tema; por tanto, es el primer dato que debemos recabar antes de diseñar cualquier proyecto social con perspectiva de género. ¿Por qué es importante conocer este dato? Porque muestra la desigualdad real existente entre los sexos respecto a las oportunidades de acceso y control de recursos económicos, sociales, culturales y políticos, entre otros. No es ideología de género, es ciencia social, o, al menos, ideología y evidencia.