-
Cambiaron con ellos las impresiones de lo que habían vivido en el momento de la entrada
Los 82 expedicionarios de España Rumbo al Sur, el proyecto de aventura, viaje y cooperación dirigido por Telmo Aldaz de la Quadra-Salcedo, han mantenido un encuentro con los inmigrantes del CETI (Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes) en Ceuta, después de una semana en la que la frontera ha vivido varios asaltos a la valla, el más importante el pasado lunes, cuando 187 inmigrantes consiguieron entrar en territorio español a través de la frontera, internándose en avalancha humana a la carrera.
Los jóvenes de la expedición España Rumbo al Sur hablaron directamente con estos emigrantes, cambiando impresiones y sonrisas. Uno de ellos respondía a las preguntas de los expedicionarios: ”He huido de mi país hacia Europa huyendo del terrorismo. Boko Haram pasó la frontera, entró a mi pueblo, lo destruyó y mató a mucha gente”, les explicó Hassan, que vivía en Camerún, en la frontera con Nigeria, y es uno de los cientos de subsaharianos que han entrado esta semana a España.
Desde la organización de la expedición se consideró prioritario que los adolescentes conocieran de primera mano lo que ocurre en la frontera de Ceuta y los motivos por los que miles de inmigrantes tratan de entrar a Europa cada mes, ya que, como explica Aldaz de la Quadra-Salcedo, “para juzgar las cosas hay que conocerlas”.
“El encuentro representa la filosofía de Rumbo al sur, conocer la realidad sin intermediarios. Los grupos de emigrantes que saltaron la valla explicaron de dónde venían, cuáles eran sus sueños, les miraron a los ojos y así los jóvenes de Rumbo al Sur le pusieron cara al drama”, señala el director de la expedición, que resalta que “conocer las realidades aunque sean duras es la mejor manera para poder solucionarlas”.
Los expedicionarios también charlaron con los integrantes de la asociación San Antonio, en la que colabora el padre Rolando Durán, misionero javeriano: "Saltan la valla para ganarse el sueño de tener una vida mejor", afirmó. En la asociación se les acoge con cariño, se les mentaliza de la realidad que van a vivir y reciben clases de español, de informática, se les enseña a escribir, y pueden usar Internet para comunicarse con sus familiares.