Antes de empezar mi CAÑONAZO recordar que 15 trabajadores de la empresa Hércules sin cobrar después de Siete meses. Por dignidad, no te olvides de ellos.
Esta semana hemos vuelto a oir gritos racistas en el estadio del Valencia.Vinicius no está solo. El mundo del fútbol se ha volcado con él en su lucha contra el racismo. Después de los incidentes de Mestalla, las muestras de cariño, apoyo y solidaridad con el jugador del Real Madrid han sido muchas: futbolistas, Federación Española de Fútbol, mundo del deporte, instituciones de todo tipo y políticos, muchos políticos, no todos.
Borja Sanjuán Roca, concejal de Hacienda y portavoz del Grupo Socialista en el Ayuntamiento de Valencia negó la mayor argumentando que “los jugadores también tienen que ser respetuosos”.
Lo cierto es que en el mismo autobús que trasladaba al campo a los jugadores del Real Madrid se profirieron insultos al jugador: “Negro de mierda”, “mono”, y otras “ lindezas” que no merece la pena contar.
La noticia ha sido portada en todos los medios de comunicación y ha dado la vuelta al mundo siete veces.
¿Ha dejado de ser racista el mundo? ¿Debemos alegrarnos por la contundente respuesta del planeta ante cualquier atisbo de racismo?
Huelga decir que sí; sea donde sea, estemos donde estemos la enérgica condena de los hechos debe ser tajante y rotunda. El deporte es un buen escaparate para advertir a la sociedad que la tolerancia debe ser cero ante este delito de odio que no puede salir gratis en cualquier tipo de evento.
Luego vendrán las sanciones colectivas, grupales e individuales según dicte la ley, la constitución y las medidas que tomen los organizadores de las competiciones deportivas.
Lo de Vinicius constituye toda una reflexión sobre la dignidad, los derechos humanos y cualquier tipo de delito de odio que se manifieste. Hasta aquí todos de acuerdo.
Pero ¿hay personas, miles de personas, que han sido Vinicius y pasan desapercibidas, como si no fuera con ellas, como si Vinicius sólo fuera uno?.
Delitos de odio hay para parar un tren. Lo vivimos todos los días en nuestras propias narices: sudacas, panchitos moros, maricones.
Óscar Balcones, candidato a la alcaldía de Salmerón, en Guadalajara ha recibido amenazas por ser homosexual. Y no es la primera vez que le ocurre.
Aunque también fuera negro, moro y sudaca, no es Vinicius.El racismo y el delito de odio es solo para futbolistas famosos. Ahí va ese gol. Todos somos iguales, pero hay unos más iguales que otros.