Un día sí y otro también vemos a través de los medios de comunicación los dramas que viven muchas familias que, de la noche a la mañana han visto sus viviendas ocupadas, yo diría asaltadas con violencia, por diferentes grupos de personas, no pudiendo acceder a las mismas aún siendo sus propietarios, sufriendo una situación desde cualquier punto de vista vergonzosa. Comienza su particular calvario, de denuncia en denuncia, abogados, juzgados, ¿para qué? hasta hoy para nada, preocupación, malos ratos, pérdidas económicas que nadie repara y pasan los meses y los OKUPAS siguen disfrutando y en la mayoría de los casos destrozando una propiedad ajena.
¿Por qué estas conductas, que tanto dolor y angustia causan a quienes han adquirido una vivienda con su sacrificio y ven como su propiedad ha sido asaltada y ocupada, no son protegidos por las Leyes?. ¿Quién protege a estos violentos individuos? ¿Quién protege el derecho a la propiedad de los que sufren esta lacra?.
¿Qué político va a legislar que de inmediato a una ocupación se aplique de urgencia el desalojo de la propiedad ocupada por los Cuerpos se Seguridad? Y hoy es un jubilado, una familia, un ahorrador que con su trabajo ha podido acceder a una vivienda en propiedad, mañana puedes ser tú.
La ocupación violenta de casas no es la solución al problema de los okupas.
No se puede permitir que en una sociedad democrática como la nuestra se produzcan hechos de esta naturaleza y es preciso dar una solución a este grave problema con carácter de urgencia.
Menos promesas electorales y más soluciones a los problemas de los ciudadanos