La Mercería Luis, ubicada en el centro de Ceuta, colabora desde hace alrededor de una década con la Hermanad de la Pollinica para la venta de las palmas del Domingo de Ramos. Así lo contó Mari Paz Márquez, dueña de la mercería, a Faro Tv.
“La Hermandad las recibe desde Elche y nos trae unas pocas y nosotros las exponemos aquí para que sea asequible venderlas por el centro y que no haya que ir hasta Manzanera a comprarlas, porque hay mucha gente que vive por aquí”, manifestó.
Empezaron a vender las palmas del Domingo de Ramos cuando aún se encontraba la Junta anterior y les dijeron si “nos importaba ayudar y nosotros, encantados siempre”. Desde entonces, la Hermandad les lleva las palmas para su venta y cuando necesitan más las reponen de forma inmediata.
Como bien cuenta Mari Paz, las palmas que salen en Ceuta vienen desde Elche, ya que en la ciudad no se hacen. Concretamente “son de ejemplares del palmeral de Elche, que me parece que es patrimonio de la Humanidad” y son de diferentes tamaños y modelos.
Cada palma está dirigida a un público distinto. Tal es así que “las pequeñitas suelen llevarlas las personas adultas y se ponen en la solapa de caballeros o las señoras. Después tenemos las de bebé, que esas van en carrito para los niños pequeños de un año o dos. Le sigue, igual que la trenzada de bebé, una un poco más grande que se dice de cadete para niños de cinco o seis años que ellos ya van andando y las llevan en las manos”, explicó.
También hay para los niños más grandes, de diez o doce años, “que llevan las lisas y son para irlas apoyando en el suelo. El Domingo de Ramos por la mañana se bendicen y después por la tarde van a la procesión”.
Además, las imágenes que procesionan llevan unas palmas especiales. Es decir, “la Pollinica, lo que es la imagen, lleva una grande especial que ellos piden”, e incluso “creo que ellos piden alguna para el obispo, que es de otro tamaño especial, porque es el que da la misa en Ceuta” ese día.
Una vez pasado el Domingo de Ramos, hay quienes las siguen llevando consigo durante toda la Semana Santa “en las chaquetas puestas” o “las guardan en la casa siempre al lado de un crucifijo, de algo religioso o un jarroncito para conservarlas”.
Asimismo, también “hay ciudades que una vez acabada la Semana Santa, en las iglesias hay un día que las recogen, se queman y esas son las cenizas del siguiente Miércoles de Ceniza”, detalló. Del mismo modo, en otros lugares “se conservan todo el año, las cuelgan en el balcón, se van secando y cuando llega el Día de San Juan se queman en la hoguera”.
A tan solo unos pocos días de la celebración del Domingo de Ramos, en esta mercería apenas quedan palmas disponibles para su venta. “En los últimos días siempre se venden bastantes, de solapa se pueden vender 50 o 60 y de las otras lo mismo, porque queda muy bonito en la procesión, que es lo que vemos después”, concluyó Mari Paz Márquez.