Cuando un político, del signo que sea, comete un gran error que trae como resultado una gran alarma social y unas gravísimas consecuencias para toda la sociedad, primero ha de pedir perdón y en segundo lugar por vergüenza torera dimitir de su cargo e irse a su casa.
La flamante Ministra de Igualdad, Irene Montero, no sólo no ha dimitido, después de más de 700 delincuentes sexuales, violadores, pederastas y abusadores, beneficiados con reducciones de sus condenas y en el peor de los casos excarcelados y puestos en libertad con la aplicación de su Ley del SI ES SI, demostrando su falta de madurez y sin reconocer el daño irreversible que está causando a muchas mujeres y menores y el enorme favor que está haciendo a estos delincuentes, superando su rubor al afirmar que los culpables son los Jueces por su machismo y falta de preparación, es el colmo lo de esta señora, como se atreve a descalificar al estamento judicial por el simple hecho de aplicar una Ley auspiciada por ella.
El propio Presidente del Gobierno se ha visto forzado a tomar cartas en el asunto y propiciar una modificación de carácter técnico con una Proposición de Ley para enmendar este despropósito que pone en peligro a tantas víctimas que sufren la decepción de ver a sus violadores con sus condenas reducidas o en la calle. Señora Montero por coherencia debe dimitir, usted sigue erre que erre en sus trece y los españoles no la aguantamos más, tememos por nuestras mujeres y nuestros hijos y nietos, la sociedad española clama por una rápida solución.
Su amiga y Secretaria de Estado de su ministerio no tiene por donde coger todas sus declaraciones, la última considerando a todos los hombres y preferentemente a los españoles de ser violadores o decir a las mujeres como deben disfrutar del sexo, esta individua no tiene ni idea de lo que tiene entre manos y nos avergüenza a todos. Váyase ya y ría sus gracias en su casa.
Señor Sánchez, Presidente del Gobierno, ellas no se van a ir, no van a dimitir, usted puede dar satisfacción a todos los españoles cesando a estas dos señoras, motivos tiene, y todos se lo agradeceremos.
¿A quién pediremos responsabilidad es si estos delincuentes sexuales, ahora en libertad, reinciden?
Ni estas dos tipas ni el otro tienen verguenza. Hace tiempo que esas dos, de nuevo tiparracas fenian que haber dimitido o haber sido cesadas por el otro tipo, pero si quiere arroz Catalina, el sillon y la pasta es lo que mola.