A partir de 2023 los perceptores del ingreso mínimo vital (IMV) en Ceuta verán aumentada la cuantía de su prestación si encuentran un empleo o mejoran sus ingresos laborales, una medida con la que el Gobierno pretende que a los beneficiarios de esta ayuda les compense trabajar siempre.
La ley del ingreso mínimo vital ya prevé la compatibilidad de la prestación con el trabajo remunerado, si bien este martes se ha dado un paso más con la aprobación en Consejo de Ministros de un real decreto que regula el incentivo al empleo dentro del IMV, un mecanismo que el año próximo podría beneficiar a alrededor de 100.000 hogares de los 500.000 que cobran el IMV actualmente.
Según ha explicado la Delegación del Gobierno en Ceuta en nota de prensa, se trata del primer incentivo al empleo ligado a una prestación social en España, según han destacado fuentes del Ministerio de Inclusión, que calculan que cada euro invertido por la Administración en este incentivo tendrá un retorno en recaudación de entre 1 y 3,5 euros.
El objetivo último es impulsar el tránsito desde una situación de exclusión a una participación plena en la sociedad, de manera que un aumento de las rentas del trabajo no implique una disminución de la cuantía del IMV como ocurre en la actualidad, porque desincentiva que se acepte un empleo.
El mecanismo se ha graduado de forma que el incentivo sea más alto para quienes salgan de una situación de desempleo, para los hogares con menores, para los monoparentales y para las familias que conviven con personas con discapacidad, ya que se ha constatado que en estos casos son necesarias cuantías mayores para estimular que se trabaje.
Se va incrementando en función de la renta
Al principio el incentivo es mayor y conforme se va incrementando el salario se modera su crecimiento, hasta desparecer cuando se alcanza el 170 % de la renta garantizada para cada tipo de hogar, lo que en el caso de una persona adulta que vive sola serían unos 10.030 euros anuales, mientras que para una familia monoparental con un menor serían 18.252 euros al año.
Esto implica que cuando se tienen ingresos laborales equivalentes al 100 % de la renta garantizada se deja de cobrar el IMV pero todavía se puede seguir percibiendo el incentivo, hasta que se llegue a unos ingresos del 170 % de la renta garantizada por ley.
El incentivo aprobado hoy no es una prestación independiente del IMV, sino que es un añadido que no hay que solicitar, ya que se activará de oficio si se producen cambios en los ingresos del trabajo: bien porque se haya encontrado un empleo o porque se hayan mejorado las condiciones.
El Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) revisa la situación de los perceptores del IMV cada año a partir del mes abril, cuando se empieza a disponer de los datos fiscales del ejercicio anterior, de manera que los primeros beneficiarios del incentivo lo cobrarán a mediados del año que viene.