Iker Amores nació en Ceuta prácticamente con un balón debajo del brazo. Desde pequeño sus padres veían como aquel niño tan pequeño tenía un sueño claro: convertirse en futbolista. Para muchos niños esos sueños se quedan en el ojalá, pero en el caso de Iker, continúa peleando por conseguir lo que un día deseó ser. Además de su trabajo, el apoyo de sus padres y de todas y cada una de las personas que le rodean, ayudan a este ‘chaval’ de 15 años de edad a seguir luchando.
Sus primeros pasos fueron en la Escuela del Atlético de Madrid y a los 5 años empezó a formarse en el CD Polillas de Ceuta, equipo en el que estuvo hasta su marcha a Sevilla y que tiene un huequito en su corazón.
Su coordinación y su técnica con el balón desde tan pequeño fue lo que hizo que comenzaran a contar con él. La selección de fútbol sala de benajamínes, que dirigía en ese momento Quino Gallardo, cuenta con Iker en sus filas. A partir de ahí el jugador comienza a ser una pieza fundamental en las selecciones de Ceuta e incluso en categoría alevín consigue proclamarse campeón de España dos veces consecutivas. Además, en infantiles se proclama campeón de la Liga con el equipo que lo vio nacer, el Polillas, y con el que también consigue un cuarto puesto como mejor equipo de toda España.
Iker continúa siendo un jugador destacable y muy importante para el equipo. En cadetes toma la decisión de centrarse en fútbol 11, pues desde muy pequeño prefería esta modalidad. En su segundo año, en la segunda vuelta del campeonato, empiezan a contar con él en el equipo de División de Honor Juvenil. Iker comienza a entrenar con ellos y cambia favorablemente dentro del terreno de juego. En los últimos partidos lo hacen debutar y en ese mismo partido en tan solo dos minutos en el verde, consigue su primer gol. El Polillas de juveniles decide contra con él para otros partidos y a raíz de eso llega la llamada que hace que cambien los planes de la familia.
El jugador, Álvaro Cejudo, le propone al ceutí realizar una prueba en un club humilde pero a la vez un escaparate. Les propone que el joven lo intente en el Coria CF. Tanto Iker como sus padres no dudaron en ningún momento de intentarlo. Una vez allí, el jugador realizó la prueba generando un gran revuelo en el club sevillano. Tanto el director deportivo como el propio entrenador quedaron maravillados con él, pues contaba con diferentes cualidades.
A partir de ahí, Iker deja atrás a Ceuta y a su Polillas, pero se lleva con él el recuerdo de entrenadores como Francisco Robles, Abel Almagro, Antonio Rodríguez (Maradona), Rafael García, Carlos Jaramillo, Quino Gallardo, Paco y Pacote, Salinas, Carli, José Quintana, Ale Quintana, Juan Ortigosa y Sandro Márquez.
Su aventura comenzaba en Sevilla, pero no de la manera que se esperaba. En el inicio del verano Iker sufre unos graves problemas estomacales, lo que lo hace perder toda la masa corporal. Todos los proyectos ilusionantes con los que llegaron a tierras sevillanas se acaban cayendo, pero tanto el joven como sus padres se agarran al lado positivo y comienzan a enfocarse en la recuperación.
Poco a poco el joven volvió a coger confianza, pero el equipo de División de Honor Juvenil no tenía ya hueco para él. Su recuperación se alargó a cinco meses, pero a partir de ahí Iker volvió a ser importante dentro de la Liga Preferente.
Antes de poner fin a la temporada, el equipo de División de Honor lo llama, jugando finalmente un total de cuatro partidos. A pesar de que el año no comenzó de la mejor manera, Iker terminó con un total de cinco goles y convirtiéndose, de nuevo, en una de las piezas más importantes del equipo. Pero no acaba aquí, pues su gran actuación en los encuentros hace que se interese por él el equipo de División de Honor Senior.
Durante dos semanas el joven entrena con el equipo senior y en la segunda, el entrenador lo hace debutar en el último partido de Liga.
Ahora Iker se prepara para formar parte del primer equipo del Coria, que este año militará en Tercera RFEF, tras conseguir el ascenso la pasada temporada. Desde que comenzó la pretemporada Iker lleva cuatro partidos jugados. En el primero jugó 15 minutos ante el Utrera, en el segundo 45 minutos ante el Puente Genil, en el tercero 75 minutos ante el CD Central y en el último 90 minutos ante el Tomares.
Iker podría debutar en Tercera RFEF con el Coria
En la provincia de Sevilla consideran a Iker como una futura promesa del fútbol. El 11 de septiembre es una fecha señalada en el calendario, pues da comienzo la competición de Tercera RFEF . Para Iker sería su debut en una liga semi-profesional, aunque por ahora prefiere mantener los pies en el suelo y seguir trabajando como lo ha realizado durante todo este año, apoyándose en sus padres y sus más allegados.
Iker podría jugar en Ceuta
El Coria CF se encuentra en la misma categoría que el Ceuta B, por lo que el joven futbolista podría estar este año jugando en el ‘Martínez Pirri’. Por ahora prefiere no pensarlo, porque a pesar de ser una pieza importante en el equipo, prefiere no vivir de ilusiones. Aún así, si no pudiera venir con el primer equipo, tendría posibilidad de hacerlo en Liga Nacional ante el UCIDCE.
Arropado en su nuevo equipo
El jugador ceutí es el benjamín del primer equipo del Coria CF. Con tan solo quince años se encuentra en una categoría que cuenta con jugadores sub-23 y con algún que otro veterano. Aún así, Iker se encuentra muy cómodo y se siente bien acogido por sus compañeros, quienes les apoyan y le aconsejan, muchos de ellos viéndose reflejados en él.