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Se inicia a las 12:00 en la Plaza de África y finalizará en la Plaza de los Reyes con varias actividades
El lema de este año es ‘No hay excusas’ y eso es lo que piden: que no las haya, que todos los ceutíes salgan a la calle en el Día del Trabajador para reclamar un trabajo justo y recuperar los derechos que se han ido perdiendo paulatinamente en los últimos años. Hace una semana que los sindicatos ceutíes se reunían en rueda de prensa para animar a la ciudadanía a dejar fuera las dudas para salir a la calle a luchar “contra el paraíso de corrupción laboral en que se había convertido Ceuta”.
Tanto sindicatos como partidos de la oposición como el PSOE o MDyC han enviado comunicados y desde UGT y CCOO han recordado que “desde 2008 muchos de los derechos de la clase trabajadora han sido eliminados”, explican en un comunicado resumiendo las causas. Primero, por el efecto directo de una intensa crisis, “provocada por un capitalismo sin control y por la avaricia de un sector financiero alejado de los intereses de las personas y de la economía productiva”. Y después, por unas políticas, “mal llamadas de austeridad, que han aumentado la precariedad laboral, han reducido salarios y prestaciones sociales y han recortado derechos y libertades”. Unas políticas que, en suma y a juicio de los sindicatos, han empobrecido a la mayoría social, que somos los trabajadores y las trabajadoras, y han aumentado las desigualdades de manera drástica.
Ahora, la economía española lleva tres años creciendo; las estadísticas de empleo mejoran; lentamente, se reduce el paro; ya no hay amenaza de ruptura del euro; y las empresas han recuperado ya los niveles de beneficio de antes de la crisis. Estamos saliendo de la crisis, nos repiten. “No es verdad. Porque esos datos no se reflejan en una mejora de la calidad de vida de la clase trabajadora. Crece la economía, crecen los beneficios empresariales, pero las patronales siguen resistiéndose a que los salarios tengan una subida digna en los próximos años”. UGT y CCOO acusan al Gobierno de vender una situación de bonanza y estabilidad que las familias no perciben. “Esta situación no es sostenible y no es justa. Y está creando el caldo de cultivo para el crecimiento de formaciones políticas y movimientos retrógrados y extremistas en todo el mundo desarrollado. Debemos cambiar este estado de cosas”.
Insisten además en que el crecimiento económico debe llegar a todos y a todas. Para ello, es preciso crear empleo estable y de calidad, mejorar los salarios y reforzar las redes de protección social. Y para lograrlo necesitamos nuevas políticas y nuevos consensos. “Vamos a negociar para mejorar las condiciones laborales de la población asalariada y la calidad de vida de toda la ciudadanía, como siempre hemos hecho. Pero también vamos a intensificar las movilizaciones en defensa de nuestras reivindicaciones”.
Aseguran que la etapa de los recortes y de la precariedad laboral se tiene que terminar y que el camino es a través de la negociación, la presión y en la calle. Y no se olvidan de criticar la criminalización de un derecho irrenunciable como es el derecho a la huelga. “No se puede mantener el actual artículo 315.3 del Código Penal, ni la Ley Mordaza”.
UGT y CCOO manifiestan su total apoyo a los compañeros y compañeras sindicalistas incursos en procesos penales o administrativos derivados de su actuación en defensa de los derechos de los trabajadores y las trabajadoras.
Una Europa que priorice a las personas
Las centrales sindicales quien trabajar y presionar para cambiar Europa, “de la que somos y queremos seguir siendo parte”, detallaron. Apuestan por una Europa unida y fuerte. Pero la deriva que está tomando desde hace unos años “es muy peligrosa, para su propia supervivencia como proyecto político de progreso y para las personas que la habitamos”. Lamentan que están creciendo la xenofobia y el conservadurismo, y se están reduciendo la solidaridad, la cohesión y la fraternidad. “La falta de coraje, cuando no la desidia y el desprecio, a los centenares de miles de personas refugiadas que huyen de la guerra, la represión o el hambre para buscar un sitio en los países de la UE, es buena prueba de lo que denunciamos”.