Días pasados falleció a quien se le puede denominar una gran mujer, por sus cualidades y valores humanos, tanto en la política como en su faceta privada.
Carme Chacón había nacido en Espluges de Llobregat (Barcelona), hija de emigrantes que se asentaron en Cataluña en busca de un mejor porvenir, que quizás en Andalucía no tenían. Sus padres eran un matrimonio humilde pero de trabajadores infatigables. Carme, apenas finalizó sus estudios en el instituto comenzó a trabajar en un importante Centro Comercial para, con sus salarios, costearse los gastos de la carrera de Derecho, la cual finalizó, no sin mucho esfuerzo y sacrificio.
Fue en todos los aspectos de su vida un ejemplo de grandes virtudes, honrada, cordial en el trato, sencilla y sin hacer ostentación de sus cargos. Pero es que Carme era de esas personas que por sus hechos adquieren la grandeza, com así lo escribió una gran mujer “…La grandeza y el amor, como los perfumes los que lo llevan apenas lo sienten…”. (Cristina de Suecia).
Puedo afirmar que soy protagonista de un hecho que demuestra la grandeza de corazón de esta gran mujer; en el 2010, cuando era Ministra de Defensa, yo escribí un artículo en un diario tinerfeño sobre un heroico soldado de Tiradores (José Vinagre Escobales), muerto en acción de guerra en Diciembre de 1957 en Ifni. Sus hermanas agradecieron el recuerdo pero, a su vez, manifestaron la enorme pena y dolor que había sentido su madre, fallecida en 1988, por no saber dónde descansaban sus resto. Hice varias gestiones y, finalmente, los encontré en un Panteón Militar de Las Palmas de Gran Canaria. Redacté un escrito en nombre de la hermana (Rosa Vinagre Escobales) a la entonces Ministra de Defensa, Carme Chacón, y esta ordenó que se exhumasen los restos de este soldado, que se contratase la funeraria desde Las Palmas a Madrid, y de aquí a Coria (Cáceres), corriendo todos los gastos por parte del Ministerio de Defensa.
En menos de tres meses, los restos del Soldado José Vinagre Escobales recibían sepultura junto a su madre en el cementerio de Coria. Asimismo, la Ministra ordenó que, tras la misa funeral, en el Cementerio se le rindiesen honores militares. Así, estando al frente un Comandante, un Subteniente y un piquete de soldados, le rindieron honores militares con una oración al toque de un Cornete. Y todo ello gracias a Carme Chacón Piqueras.
Carme Chacón Piqueras descansa en la tierra que la vio nacer y, con seguridad, allá en el cielo la madre de este soldado le habrá agradecido este gesto que tanto la honró. Descanse en paz quien fue una gran mujer.