Compartir mesa ofrece la oportunidad de probar comidas que reflejan otras maneras de hacer, sentir y vivir, además brinda la ocasión para compartir experiencias, gustos y sensaciones que nos permiten conocer mejor a los demás y profundizar en nuestra diversidad cultural a través de la gastronomía. Esa fue la idea y el concepto que la ciudad autónoma junto con la Fundación Premio Convivencia quisieron trasladar a todos los ceutíes con la organización de la I muestra gastronómica intercultural.
‘Nuestros sabores’ arrancó ayer a las 20.30 horas en la Plaza Nelson Mandela, donde comenzaron a llegar decenas de ceutíes dispuestos a descubrir diferentes hábitos alimenticios y sobre todo, disfrutar de un agradable tarde donde compartir sensaciones.
Entre sonidos musicales procedentes de cada una de las culturas que ayer se daban cita y una agradable mezcla de olores accedían ayer los caballas a Nelson Mandela y para sorpresa de muchos una abarrotada plaza les daba la bienvenida. Cuatro eran los puestos representativos de cada cultura, la musulmana, hindú, hebrea y cristiana. A ellos se sumaba el banco de alimentos que aprovechó la ocasión para hacer una recogida. Además el dinero recaudado ha sido destinado a la organización.
En cada puesto nos podíamos encontrar dos tapas, cuscús y bastela en la comunidad musulmana, samosa y kachori en la hindú, un pastel de patatas y verduras y naranja confitada conformaba la gastronomía hebrea y con gazpacho y torrijas llenaron los paladares los cristianos. Sin duda, muchos se lanzaron a los sabores tradicionales, y el gazpacho fue de los primeros en desaparecer, tampoco tuvo una larga vida el cuscús, a pesar de que fue una de las tapas que más cantidades se elaboraron.
Pero también se consiguió el propósito y los ceutíes se lanzaron a probar nuevos sabores, con opiniones para todos los gustos, sobre todo por la falta de costumbre a sabores picantes o especiados, pero con una gran valoración, y sobre todo “con ganas de repetir”, tanto en la gastronomía como en el evento. Esa fue la conclusión de todos los que ayer se acercaron, un rotundo éxito y un evento “que se podría hacer más a menudo” opinaban.
Pero que no les quepa duda a los caballas de que a partir de ahora podrán disfrutar de más ocasiones como las de ayer. Dependía de la acogida de este evento el lanzarse al mundo de la feria gastronómica, como explicaba a El Faro el portavoz de la Fundación Premio Convivencia, Ernesto Sáenz de Navarrete. Éste afirmaba que se enfrentaban a la muestra con el miedo de su acogida, y dependiendo de los resultados continuarían con eventos similares. Lo único que no se puede negar es que fue un triunfo absoluto.