Asma Mohamed sigue convencida de que su hijo, Mohamed Ali, en paradero desconocido desde hace diez días, el jueves 13 de enero, cuando al despedirse en casa le prometió que la recogería en su trabajo, como acostumbraba, y no apareció, "no ha salido de Ceuta". "No sé cómo estará, si come o duerme, si le pegan, pero yo no voy a parar hasta encontrarlo como sea porque yo estoy segura al 100% de que mi hijo está aquí, no sé si retenido o cómo, pero convencida de que le ha pasado algo", remarca.
"Este sábado estuvimos repasando distintos puntos de la ciudad y nada, no lo encontramos en ningún lado, pero seguiremos buscando aunque estemos muy mal, aunque no tenga fuerzas ni para levantar cabeza porque no puedo comer ni dormir... No tengo vida", lamenta.
Según la mujer, de 47 años y madre de 8 hijos ("ahora mismo tengo siete conmigo, pero me sigue faltando uno"), desde la Policía Nacional "nos dicen que están haciendo su trabajo y yo intento no entrar en las redes sociales porque hay demasiados comentarios absurdos que me duelen mucho y me hacen demasiado daño aludiendo por ejemplo a mi marido, que no está en Ceuta desde hace meses".
Asma Mohamed subraya que el joven desaparecido nunca había tenido un comportamiento ni remotamente parecido, ya que "estábamos en contacto permanente, entre nosotros o con sus hermanos, y si no le hacía 10 ó 20 llamadas al día yo no podía estar tranquila, aunque él me dijese que estaba bien, porque yo necesitaba hablar con él".
"Es muy raro que mi hijo tenga el móvil apagado, jamás había pasado hasta ahora", explica la madre, que denuncia el "daño gratis" que está haciendo a la familia la difusión de rumores y elucubraciones sobre el paradero o las supuestas razones de la desaparición del chico.
"Eso no se hace a una madre: debería ser al revés, apoyarme a encontrarlo, no decir que mi marido le ha echado de casa o le ha pegado cuando su padre hace meses que no está en Ceuta... Hay personas que no tienen corazón y causan mucho dolor", repudia la mujer, que tampoco ha encontrado ninguna pista entre los amigos del adolescente.
Desde su punto de vista "es imposible que nadie le haya visto en la calle... Aquí hay gato encerrado porque es muy raro que nadie le viese por Hadú, el centro, el Polígono, Juan Carlos I... A las cinco de la tarde, a plena luz del día, cuando salió de casa, la calle está llena".
El chico, que mide 1,95 metros y pesa alrededor de 70 kilos, es moreno, tiene el cabello castaño corto y ondulado y ojos bicolor. La última vez que salió de su vivienda familiar, ubicada en la zona de El Gallo, llevaba un pantalón negro, una sudadera y calzado deportivo del mismo color y una chaqueta gris reflectante.
La gente es muy mala, carecen de Sentimientos, esto no se desea a nadie.
Ánimo y mucha fuerza, todo saldrá bien.