“Hemos estado poco tiempo pero lo suficiente como para comprobar que Ceuta es una ciudad francamente bonita”, comenta Rosamar arrastrando en las palabras toda la hermosura de su patria, “el Perú”, mientras sube el primer peldaño de la escalera que lleva al interior del crucero ‘Melody’ que ayer atracó en el Muelle de España con una hora de retraso respepecto al horario previsto, las siete de la mañana, y que estuvo hasta la una de la tarde.
Cinco horas que los cerca de dos mil personas que viajan en la embarcación –de las cuales 1433 son pasajeros y 500 tripulantes– ahora rumbo a Alicante, aprovecharon para visitar los monumentos más emblemáticos de la ciudad, hacer compras o darse un chapuzón en alguna de las playas que componen el litoral ceutí.
Para el primer grupo, compuesto por aquellos turistas que se decantaron por conocer Ceuta a través de sus museos, la empresa ‘Tour of Spain’, en colaboración con la ciudad, dispuso de cinco autobuses “que recorrieron el Parque Marítimo, la Muralla Real o cada uno de los miradores”, tal y como aseguró Lupe, manager de la empresa citada.
“He hecho muchas fotos porque las vistas eran preciosas”, indica Josephine, natural de Múnich, capital de Baviera, al sur de Alemania, quien, acompañada de su marido e hijos, promete regresar “con más tiempo”. Del idioma alemán a la lengua italiana pero sin que los elogios hacia Ceuta, se vean mermados: “Fantástica, he encontrado mucha luz, buenas calas y mujeres francamente bonitas”, dice Gian Paolo, mientras que con las manos sujeta dos bolsas en cuyos lados se avista el logotipo de dos tiendas de moda de la ciudad.
De hecho, y según se informa desde Turismo, de los dos mil foráneos, trescientos se decidieron por aborrotar los autobuses turísticos y la mayoría restante optaron por la vía de las compras o las consumiciones en bares, especialmente en los ubicados en el centro: “He probado la tortilla de patatas”, dice Kjwiese, de Cracovia, Polonia, “y me ha gustado mucho aunque creo que mi esposa no sabrá cocinarla tan bien”.
Las manecillas del reloj se acercaban a las 13:00 horas, momento en que ‘Melody’ continuaba su camino hacia Génova, previa parada en Alicante y Palamós, y las colas en las inmediaciones del puerto eran tan extensas que llegaban hasta las Murallas Reales.
Aún hubo tiempo para hacer las últimas fotos de una parada “corta pero emotiva”, asegura Michel, francés residente en Barcelona, que lamenta “no tener más vacaciones para regresar”.