El linense Salvador Guerrero es uno de los alrededor de quince españoles que, calcula, están recluidos actualmente en la prisión marroquí de ‘Tetuán-2’, ubicada en la ciudad del país vecino más cercana a Ceuta, donde ya ha cumplido casi 18 meses de condena de los cinco años que se le impusieron por un delito contra la salud pública.
Desde la cárcel del Reino alauita, en la que entró el 9 de agosto de 2020, esta semana ha denunciado en declaraciones a este periódico las condiciones de internamiento que soporta, críticas que la Dirección del centro lleva meses desmintiendo.
“La comida que nos sirven, habitualmente habichuelas o lentejas con agua y colorante, es muy mala”, protesta Guerrero, que asevera que solamente tienen la oportunidad “una vez cada 13 ó 15 días” de comprar en la cantina interna “arroz, yogures o batidos, ya que no se dispone ni de atún ni de pavo”. para complementar su dieta, que la Dirección del equipamiento tilda de “equilibrada en cuanto a calidad y aporte calórico necesarios”.
Otras fuentes consultadas por El Faro de Ceuta han reseñado que “la tienda está abierta a diario” y han negado que los recluidos únicamente puedan hacer llamadas de teléfono “una o dos veces por semana durante un máximo de diez minutos”, como afirma el andaluz, pues “todos los internos tienen la posibilidad de telefonear al exterior a diario de lunes a jueves”.
El interno critica la falta de visitas del Consulado y de cama durante “siete meses”
“En las habitaciones estamos agrupados como si fuéramos animales hasta cuarenta personas que en algunos casos tienen que dormir en el suelo, como yo me pasé los primeros siete meses, y solamente recibimos visita del médico los viernes”, critica Guerrero, que también censura que “la ducha con agua caliente únicamente está disponible los lunes”.
“El cura muchas veces no puede entrar a darnos atención espiritual, solamente he podido participar en actividades deportivas una vez en 17 meses y el uso del patio se limita a una hora al día”, añade el español, que cree que debería poder realizar videollamadas a sus familiares, un derecho que tampoco asiste a los reclusos en territorio nacional.
Según indicó la Dirección de la cárcel a través de la agencia de comunicación oficial marroquí MAP en septiembre para desmentir denuncias similares, “los presos españoles gozan de los mismos derechos que el resto: disponen de camas y mantas suficientes proporcionadas por la prisión, así como por los miembros de la representación diplomática de su país”.
Guerrero dice, sin embargo, que a estas alturas “nunca he visto a un representante del Consulado visitarme a diferencia de los de otros países como Gran Bretaña”.
“Hace dos meses nos entrevistamos con una delegación de Derechos Humanos de Rabat a la que presentamos nuestras quejas, pero nada hemos sabido al respecto”, apunta.
Si vas a otro país a cometer un delito,atente a las cocecuencias, cada país tiene sus leyeses sus prisiones y normas y uno sabe donde se mete de antemano.
Pais tercermundista, donde en teoría todo está bien, luego hay que ver en la práctica.
De un país de donde huyen sus ciudadanos arriesgando sus vidas, y que abren las fronteras y hay avalanchas de gente intentado salir, no hace falta decir mucho ya que queda retratado solito.
Lo mejor es NO IR A MARRUECOS para nada.
Allí un problema es un problemón.
Y que querías, un hotel de 5 estrellas?
Noo picha pero tampoco una cuadra ke después ustedes venís a spain y kereis todos los rekisitos
Son cosas que pasan en nuestro trabajo a ver mirado bien el contrato antes de firmar ahora ajo y agua
Pero a ver, videollamada? Todos sabemos que esa carcel todo el mundo tiene telefono
Es el problema de que te condenen en Marruecos. El que juega con fuego...
Y nosotros dandoles de comer a los suyos......