La nueva normativa aprobado en el último pleno del mes de julio para que sirva como un arma más en la lucha contra esa nueva forma de delincuencia que existe en nuestra ciudad como es la quema de vehículos expresa unas multas muy importantes para todos aquellos que manipulen las piezas de un coche abandonado para luego hacer negocio, así como también recaerán importantes sanciones en los propietarios de los automóviles que lleguen a ser considerados como abandonados después de un tiempo que marca la legislación. Pero hemos de darnos cuenta que tampoco es la panacea, no es la solución definitiva. En la misma Ciudad Autónoma se considera que la labor policiales igualmente es definitiva a la hora de perseguir a los que se dedican a elevar estas estadísticas que, en estos momentos, se sitúa en más de ciento veinte automóviles en poco más de siete meses. Una conjunción entre las dos administraciones, de verdad, es la única fórmula para salir del atolladero.