Bomberos recibió ayer, a las 11.29 horas de la mañana, una llamada informando o de un incendio en las instalaciones del Palacio de la Asamblea, posiblemente en el tercer piso.
Ipso facto, toda la dotación que se encontraba en aquel momento en el Parque se dirigió hacia el Ayuntamiento, con escalera incluida. Por suerte, todo fue más sencillo de lo previsto y no fue necesario usarla.
Se trataba de un incendio que se había originado en una estancia contigua al Salón del Trono, donde se guardan las sillas utilizadas para actos protocolarios en los que hay público. Es en el primer piso, y no en el tercero como se creyó en un primer momento.
Según informó el viceconsejero de Gobernación, Manuel Coronado, “hay un empalme de cables en esa sala, y todo apunta a un cortocircuito”. Estas explicaciones que se daban por la mañana se confirmaban por la noche, cuando Coronado ya había hablado con los responsables de la Policía Científica. “Tras los primeros informes preliminares, aseguran con más de un 90% de posibilidades que se trata de un cortocircuito en el empalme que había en esa sala”, añadió. Además, opinó que “ha habido suerte por la hora y porque sólo se han quemado unas sillas”. El viceconsejeró negó que dejar las sillas al lado del empalme haya podido ser una imprudencia, “ya que hay empalmes en todas las oficinas y en cualquier lado puede saltar una chispa o haber un cortocircuito”.
En efecto, lo único que habrá que acometer con prontitud será la adquisición de nuevas sillas que sirvan para los actos protocolarios en el Salón del Trono, que ha quedado prácticamente intacto, y su mobiliario no ha sufrido daños. Cabe decir que ahí está el Libro de la Ciudad, el Estandarte de la Ciudad, y unas cuantas sillas alfonsinas que han sido recientemente restauradas; es, por tanto, junto al antiguo salón de plenos, la sala con más valor patrimonial del edificio.
El palacio de la Asamblea fue inaugurado en octubre de 1927 por el entonces rey, Alfonso XIII, y en sus más de ochenta años de vida nunca había sufrido un incendio. Ateniéndonos a la calificación que le han dado desde la Ciudad Autónoma, esto ha sido, estrictamente, un “conato de incendio”. Bien es verdad que las llamas han sido pocas, y desde mediodía de ayer, Obimace ya estaba retirando el mobiliario y limpiando todo, labor que comenzaron después de que la Policía abandonara el lugar de los hechos.
Ahora, se espera que en unos pocos días ya esté todo terminado y se vuelva a la plena normalidad. Sin embargo, bien fue comentado por los trabajadores, a los que les pilló por sorpresa, y que además salieron rápidamente del edificio ya que las sillas causaron abundante humo, y en un principio parecía que el incendio podía ser más grande de lo que, finalmente, fue.
Fuera, en la calle, se coordinaron Policía Local, Cuerpo Nacional de Policía y Protección Civil. Se acordonó un perímetro por parte del CNP para facilitar la labor de los bomberos, que introdujeron una manguera en el edificio y apagaron con agua el incendio en cuanto detectaron el foco. Después, pasadas las doce del mediodía, los trabajadores pudieron volver a sus puestos y continuar con la labor, así como quienes iban a recibir atención en las oficinas.