Me dirijo a usted, a través de esta carta abierta, con la intención de hacerle llegar el profundo malestar que nos embarga a cuantos padecemos la nefasta gestión que está llevando a cabo el equipo ministerial del que usted forma parte en su calidad de Director General (entre cuyas competencias figura “La coordinación y apoyo a las unidades periféricas de Ceuta y Melilla”).
El pasado día 31 de agosto visitó nuestra Ciudad y tuvimos ocasión de conocerle, intercambiar opiniones, y como siempre, expresarle nuestras dudas e inquietudes sobre el modo en que gestionan la educación en Ceuta mediante un singular “control remoto” que la experiencia ya ha demostrado sobradamente que no funciona.
Usted, parapetado en la creíble excusa de su reciente nombramiento, nos transmitió una voluntad (aparentemente sincera) de trabajar con ahínco para mejorar la gestión, prometiendo proximidad, diálogo y eficacia en la gestión. Nos manifestó su profundo conocimiento del mundo educativo, nos hizo partícipes de su sensibilidad, y nos emplazó a comprobar cómo iban a cambiar las cosas. En principio no había motivos para no creerle, aunque el hecho de que la visita relámpago tuviera como único objetivo resolver la escolarización de los menores extranjeros, y que la reunión con los sindicatos fuera tan breve como forzada, no invitaba al optimismo. Tampoco ayudó mucho la expresión con la que comenzó su intervención en aquella ocasión (“sé que ustedes tienen la percepción de estar abandonados”). En aquel mismo momento le rebatimos su argumento: “No es una percepción, sino una realidad. Estamos abandonados” La realidad es incontestable.
Desde aquel encuentro no hemos vuelto a tener noticias suyas. Sus buenos propósitos (o mejor dicho, sus anuncios) han quedado en nada. Mejor dicho, la situación empeora por días antes una pasividad irresponsable que empieza a rayar lo delictivo.
No sabemos si conoce usted, con detalle, todo lo que está sucediendo en la Dirección Provincial del MEFP de Ceuta. Suponemos que no. Nadie podría asumir, impertérrito, un caos de tal magnitud en una administración que está bajo su responsabilidad.
Los servicios administrativos, sobre los que recae toda la gestión de recursos humanos, están prácticamente desmantelados. Sin que nadie sepa explicar cómo ni por qué, desde hace un año no se actualizan las incidencias que se producen en las nóminas del profesorado (cumplimiento de trienio, sexenios, etc…). Las altas y bajas en la seguridad social se producen tarde y mal… o nunca. Los conceptos más simples (como el complemento de destino) desaparecen misteriosamente… El registro, cuando funciona (casi nunca) está permanentemente colapsado, no hay nadie para atenderlo, de forma que todas las reclamaciones y escritos presentados se pierden nadie sabe dónde. El profesorado interino no ha cobrado sus nóminas a pesar de estar trabajando desde el inicio de curso (están todo en fase oratoria colectiva a ver si cobran este mes, cosa que aún no se sabe). Las baremación de las listas extraordinarias de interinos las lleva a cabo un “equipo multidisciplinar” (un inspector, un ordenanza, la Secretaria General (que tiene que dejar de hacer sus funciones), la Directora Provincial (cuando puede), algún asesor despistado en sus ratos libres y están estudiando dar participación al vigilante de seguridad). Los errores son tantos y de tal calado que provocan vergüenza ajena.
Ante tal desaguisado, la única respuesta que obtenemos es que “Madrid no autoriza la contratación de personal”, “Madrid no toma decisiones”. “Madrid”, en este caso, es usted. Por ello le emplazamos a que cumpla con su compromiso que es, a su vez, su obligación. Se lo dijimos de manera directa, hoy lo hacemos por carta: “La comunidad educativa de Ceuta no se merece este maltrato”. El profesorado de Ceuta no se merece ni este absoluto desprecio hacia nuestra labor, esta culpable denigración de nuestra condición de funcionarios públicos.