Este mes, que está a punto de concluir, se llama así porque está dedicado a Julio César, de quien recibió su nombre tras su muerte. Creador y primer emperador de Roma dio también nombre de César a sus sucesores. Fue uno de los arquitectos más determinantes de nuestra Civilización Occidental. Nació el doce de este mes y fijó de nuevo los treinta y un días que actualmente tiene. Julio César fue un guerrero, un político y un historiador que nació cien años antes de Cristo, el 653 después de la fundación de Roma. Sometió a los celtas, a los galos, a los germanos y a los helvecios, y realizó una expedición a la Bretaña.
El quince de marzo murió asesinado por Bruto, a los pies de la estatua de Pompeyo, tras recibir veintitrés puñaladas. Su obra político-militar quedó reflejada en los Comentarios de la Guerra de las Galias y en los de la Guerra Civil, dos obras literarias e históricas que convierten a Julio César en uno de los grandes escritores en lengua latina. Julio César fue, sobre todo, un contador y un constructor de la Historia.
Julio, el mes en el que -según las Etimologías de San Isidoro- el verano es el tiempo de la siega y de la recolección en los países menos cálidos; es actualmente la época de las rebajas en los centros comerciales y -mientras lo permitía la Covis- de los cursos universitarios de verano, del tour de Francia, de la Fiesta de los Sanfermines pamplonicas, de las veladas sevillanas del Señor Santiago y de Santa Ana, una fiesta grande de Triana que se remonta al siglo XVII. Éste es el primer mes de las vacaciones de los estudiantes y el tiempo de descanso para los trabajadores que trabajan porque “es el mes en el que menos trabajan los que trabajan”. En este mes se empezaban los baños de sol y de mar tras tomar un purgante de Aguas de Carabaña o de Aceite de Ricino, y duraban de Virgen a Virgen: de la Virgen del Carmen -16 de julio- a la Asunción de la Virgen -15 de agosto-. Os deseo –queridas amigas y amigos- que descaséis y disfrutéis.