Es innegable que la pandemia ha cambiado el mundo, que las cosas no son como eran y muy probablemente no lo vuelvan a ser, pero también es innegable que estos cambios en muchos casos no son solo adaptación para mejorar sino también para persistir en lo que está mal y es el caso de quienes viven al margen de la ley.
Los que se dedican a delinquir también buscan adaptarse para seguir haciendo dinero sin importarles el sufrimiento que provocan y, lamentablemente para quienes vivimos en estas latitudes, las zonas fronterizas y los puertos, que confluyen en Ceuta, son el paso “natural” de quienes trafican drogas, personas y demás “mercancías” ilegales.
Por esta razón, entre otras, es tan necesario que la Operación Minerva siga teniendo lugar a pesar de que por segundo año consecutivo no se realice la Operación Paso del Estrecho, especialmente después de la crisis de mayo, pues es sabido que un gran porcentaje de quienes cruzaron hacia nuestro territorio intentarán alcanzar la Península a como dé lugar, contraviniendo el orden jurídico tan necesario.
La migración es deseable pues ofrece una nueva fuerza de trabajo y ayuda el crecimiento económico de las naciones, pero debe realizarse de manera ordenada, planificada y con objetivos claros en las zonas específicas donde haga falta, por eso la Operación Minerva es tan necesaria, ya que entre los que buscan cruzar indiscutiblemente se encuentran quienes buscan fortalecer las redes del crimen organizado.
La protección que brindan estos operativos y los agentes que los llevan a cabo es muy necesaria y está más que justificada, por lo que el apoyo social hacia estos es, más que deseable, necesario.