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Bronca monumental entre el presidente de la Ciudad y el portavoz de Caballas. La polémica vino en relación a los acuerdos alcanzados por el Gobierno con el Ministerio de Defensa
Bien pronto por la mañana comenzó la bronca en salón de sesiones del Palacio autonómico. Los dos protagonistas de la historia fueron el presidente de la Ciudad, Juan Vivas y el portavoz de Caballas, Juan Luis Aróstegui. A pesar de la amistad manifiesta que mantienen ambos y que no esconden, lo cierto es que ambos las tienen ‘tiesas’ en muchas ocasiones en los plenarios. En esta ocasión, el tema a debate era el acuerdo que tiene el Gobierno de la Ciudad con el Ministerio de Defensa y que recientemente fue rubricado por el presidente de la Ciudad con el secretario de Estado y que significó añadir nuevos asuntos a un protocolo que ya existía en su día y que entonces firmaron el mismo Vivas y la entonces ministra del ramo, Carme Chacón. Sesión La escena comenzó cuando el mismo Aróstegui aludió a que muchas veces el Partido Popular repite que tiene en su ADN la defensa de Ceuta y de España. A partir de ahí reflejó que “cuando vienen algunos de sus personajillos miembros del Gobierno resulta que son unos mentirosos compulsivos. El Partido Popular es un grupo político traidor a Ceuta”. Todavía siguió varios minutos en el uso de la palabra y en un total de ocho ocasiones, el mismo presidente Vivas le pidió que fuera finalizando. Y es que al comienzo de la sesión, el propio jefe del Ejecutivo señaló que se había reunido la junta de portavoces y todos los grupos se habían comprometido a respetar los tiempos marcados por el reglamento. Por esa razón, como Aróstegui se había pasado, algo que tampoco es nada difícil, el presidente le tuvo que llamar la atención. En un principio, por lo visto, no estaba previsto que fuera el presidente quien respondiera a esta interpelación, pero viendo el cariz de los acontecimiento fue el mismo Vivas quien asumió el protagonismo en nombre de su grupo parlamentario. De entrada, comentó que con el calificativo de “traidores” había insultado no solamente a todos los diputados del Partido Popular allí presentes, sino también a todos los miles de votantes que tiene la formación popular en nuestra ciudad. Desde luego, por esa razón, defendió que no le iban a contestar a la interpelación, ni a ninguna otra que viniera precedida por insultos. Aunque le invitó al propio diputado de la oposición a que se retractara. Esa mano tendida a Aróstegui, que de haber rectificado hubiera logrado un debate sobre lo que en el fondo preocupaba que eran los terrenos de Defensa, no se produjo porque el portavoz de Caballas se reafirmó en todas sus palabras “y no quito ni una coma, porque llamar traidor a alguien no es un insulto. Es que teniendo en sus manos resolver uno de los asuntos más problemáticos que hay esta ciudad no lo hacen y lo mismo han llegado a acuerdos con el Ministerio de Defensa de recalificarlos terrenos y no lo explican”. Ante la tesitura, le acusó a Aróstegui de querer reventar el pleno “y sentir fobia hacia el Partido Popular. A mí, por supuesto, no me va a dar usted lecciones de defensa de los intereses de Ceuta y le voy a poner un ejemplo. Cuando se aprobó el actual sistema de financiación autonómica, Ceuta votó en contra de lo que defendía el Partido Popular a nivel nacional y fue un asunto que era difícil de llevar. Y votamos en contra de lo que mantenía el Partido Popular porque entendíamos que era bueno para los intereses generales de Ceuta. Así que a mí lecciones de ese tipo, ninguna”. Una situación tensa entre dos de los principales espadas en la Asamblea autonómica y que, desde luego, parece que ha llegado a un camino sin retorno, porque los populares ya han dado un paso adelante de no contestar cuando se consideren insultados.