El diagnóstico de cáncer suele ser devastador para quien lo padece y su familia, pero más cuando esa familia después de hacer lo imposible se queda sin recursos para pagar la quimioterapia. Abdeselam Dembrahim Mohamed, de 64 años, fue diagnosticado con un tipo de cáncer en la sangre, mieloma múltiple, hace a penas unos meses, aunque lo lleva sufriendo desde finales de julio del año pasado. Esto, además del cierre de la frontera, le obligó a dejar su trabajo y a seguir un largo tratamiento que continúa hasta la fecha. Debido a todos los gastos que requiere el tratamiento de la enfermedad, ahora su familia acude a la solidaridad de Ceuta por falta de recursos económicos.
Abdeselam vive en Castillejos, pero era un albañil y carpintero que a diario cruzaba la frontera del Tarajal para venir a Ceuta a trabajar, siendo muy conocido en esta tierra. Ya con la enfermedad dejó de hacerlo hace tiempo. Ahora llevaba unos meses que parecía que mejoraba, pero “hace dos o tres meses le han salido unos bultitos en la cabeza, que también es cáncer y ese tratamiento es mucho más caro”.
Sin embargo, el calvario de esta familia comenzó mucho antes. “Empezó con síntomas el año pasado a finales de julio. Le empezó a doler la espalda y creía que era un problema común, nada grave. En Urgencias de Castillejos le dijeron que no era nada grave, le hicieron unas analíticas y le mandaron unas pastillas para el dolor. Pero fue pasando el tiempo y era un dolor insoportable. Ya las cosas cotidianas no las podía hacer, ni podía levantarse solo ni nada. Entonces, le llevamos a un traumatólogo privado, que le mandó un tratamiento, un escáner y una nueva analítica”, relata Hasna Nanfri Mohamed, nuera de Abdeselam.
Cuando terminaron de hacer esas pruebas, el médico sospechó “al ver algo raro en sus huesos”. “No nos dijo que fuera específicamente un cáncer, pero que teníamos que llevarlo a un especialista. Lo llevamos a Rabat porque allí hay más especialistas, aunque son todos privados y muy caros. En Rabat le dijeron que tenía cáncer en los huesos, pero no veían de dónde provenía y él ya estaba perdiendo la movilidad de las piernas y no podía levantarse, ni hacer nada por sí mismo”.
Hasna Nanfri Mohamed, nuera de Abdeselam: “En Rabat le dijeron que tenía cáncer en los huesos, pero no veían de dónde provenía”
Sin dudarlo ni un momento, Hasna decidió pedir ayuda a todas las asociaciones que conocía y fue como dio en febrero con Amal Chaieb Aberkane, de la Asociación ‘Esperanza sin fronteras’, quien ha asesorado durante todo este largo proceso a la familia y ha facilitado el número de médicos y especialistas conocidos. “Así encontramos una clínica en Tánger de oncología, donde el doctor Akram Mejdoubi le hizo algo que aún no le habían hecho: una analítica de glóbulos rojos y de todo lo que tiene que ver con la sangre. Y fue ahí donde salió que era un cáncer de sangre. Pero él ya estaba muy mal porque la enfermedad estaba muy avanzada”, rememora Hasna.
Abdeselam, “siempre costeándolo la familia”, empezó una radioterapia de cinco sesiones y ya se podía poner de pie y andar un poco con muletas, pero al extendérsele a la cabeza volvió a empeorar. “Hace unos meses, en marzo, le empezaron a salir unos bultitos en la cabeza. El hematólogo le dijo que podría ser también cáncer, pero que está en un sitio que no se puede operar”, por lo que la única salida era un nuevo tratamiento.
Amal Chaieb Aberkane, de ‘Esperanza sin fronteras’: “Llevamos 1.820 euros este mes, pero necesitamos que Ceuta demuestre lo solidaria que es”
Ese consiste en una serie de inyecciones de quimioterapia que se tiene que poner durante seis meses. “Su nuera me escribió. Como estuve 10 años en Marruecos, tenemos un equipo médico conocido. Le mandé el teléfono de Akram. Pero el tratamiento de ahora es carísimo. Son ocho jeringuillas al mes por 3.024 euros, a parte de otros tratamientos que tiene. La familia ha costeado toda la enfermedad, pero ahora hablamos de más de 3.000 euros cada mes durante seis meses”, comenta Amal.
El primer mes coincidió con el Ramadán y “muchísima gente de Marruecos y de Ceuta se volcó con el caso y conseguimos recaudar todo el dinero de las primeras ocho jeringuillas”. “Antes de la avalancha en Ceuta, la gente estaba reaccionando y ayudando mucho, pero ahora ayudan a los menores que tienen delante y cuesta mucho más contar con gente. Ahora mismo llevamos 1.820 euros para este segundo mes de tratamiento que deben comprar la semana que viene, pero necesitamos que la gente de Ceuta demuestre lo solidaria que ha sido siempre”.
La familia no duda en agradecer a toda la gente que les ha ayudado en esta lucha titánica en la que llevan más de un año, pero necesitan comprar los medicamentos para paliar el dolor y no tienen recursos. “Me parte el alma las fotografías de Abdeselam porque veo que podía ser el padre de cualquiera de nosotros. Por eso pedimos ayuda a las personas para nosotros poder seguir ayudándole”, concluía Amal. Las personas interesadas en solidarizarse con Abdeselam pueden aportar “lo que puedan” a este número de cuenta: ES98 0073 0100 50 0504977108, con el asunto: Abdeselam.
Se me parte el corazón ver a este hombre y ojalá pueda mejorarse.
Ahora Amal : ¿ porqué no acuden a pedir al gobierno marroquí y a su amado rey ?, siempre igual!,la pena,la pena...¿ sabe usted cuantos enfermos terminales tenemos aquí mismo en Ceuta,y que lo están pasando mal económicamente?
Marruecos les niega la atención médica que tan altruistamente se les ha dado a nuestros vecinos al cerrar la frontera y aborrecer a los ceutíes.
Pidan,pidan al amado rey,aquí ya no podemos más.
Hay que ser humano y ayudar a esta persona
Hay que ayudar a ese hermano!! Por favor !!
Pobre señor. Le deseo que salga de la enfermedad y sane lo más rápidamente posible. En España hay miles de personas así también .
Que lo ayude Mohamed VI
Mohamed VI humanidad 0,si hay Dios lo pagará caro. Hay muchísimos marroquíes que han trabajado y cotizado en Ceuta y
con derecho a la asistencia sanitaria española que siguen sin poder hacer uso . Muchos con problemas graves y sin poder seguir sus tratamientos médicos ni revisiones ni controles, pagando a precio de oro lis los medicamentos. De esos también nos hemos olvidado. Ellos si que deberían haber tenido un salvoconducto sanitario