La frontera que separa Ceuta de Marruecos guarda una historia plagada de desapariciones, intentos frustrados de entrada y otros que, en cambio, logran cruzar en busca de la promesa de un futuro mejor. Este pasado fin de semana decenas de personas volvían a lanzarse al mar desde el país vecino en unas jornadas críticas en la Frontera Sur. Anass, de 17 años, fue uno de ellos, y ahora su hermano trata desesperadamente de contactar con él. El pasado domingo, este joven de Oued Laou, en los alrededores de Tetuán, salía desde Castillejos rumbo a la ciudad autónoma.
Su hermano Omar solo tiene de él algunas imágenes y la certeza de que logró llegar a Ceuta. Dice que su familiar encontró cobijo en las naves del Tarajal, albergue habilitado por la Cruz Roja para que los inmigrantes que arriben a Ceuta guarden cuarentena durante diez días. Pero, de momento, desconoce si sigue dentro de las naves o, de no ser así, dónde se encuentra. Lo que sí tiene claro, indicaba en declaraciones a El Faro de Ceuta, es que necesita ayuda para dar con él. Su mayor temor, además de que algo pudiese ocurrirse a su hermano, es que sea devuelto a Marruecos. "Aquí no tiene trabajo, ni posibilidades, no tiene nada además de a nosotros", lamentaba.
Las naves del Tarajal, ocupadas al 80%
La naves gestionada por la Cruz Roja elevaba al 80% su aforo tras las múltiples entradas este fin de semana. Tras el acuerdo alcanzado entre España y Marruecos para repatriar a los adultos que alcanzasen Ceuta, este martes volvían al país vecinos 23 ciudadanos a los que se sumaron, esta misma noche, otros 40. Todos ellos integrantes del grupo que entraba en la ciudad autónoma el pasado fin de semana y al que pertenece el hermano de Omar, Anass, que sin embargo no es aún mayor de edad, requisito para ser trasladado de nuevo a tierras marroquíes.
El lado marroquí: sin actuaciones el domingo pero sí desde el lunes
Varias fueron las críticas ante la falta de control en el lado marroquí tras los recientes intentos por cruzar la frontera. Las imágenes difundidas por la propia ciudadanía, que asistía atónita a la ausencia de medidas que frenasen la salida de tantas personas dispuestas a abandonar el país, salían a la luz. Muchos de estos jóvenes, que veían este mismo domingo cómo nadie les impedía dejar Marruecos, incluso gritaban y se animaban entre ellos. Algo totalmente opuesto ocurría tan solo un día después, cuando quienes vigilaban la frontera sí que actuaron para detener nuevos intentos de pasar el perímetro.
Es difícil pasar el rato con miserias pero el número de nadadores no se conoce imaginando unos diez mille Fuertes y machos quizás permite una mejor idea sobre el estado de crisis tres o trenta no es mucho para juzgar que es una crisis migratoria que comienza del sur hacia norte la libertad de nadar como derecho humano se supone porque Europa es encantadora y rica pero si se vuelve peor que el sur entonces supone la misma cosa en otro sentido en este último caso teórico es claro el problema entonces mientras no hay quien para la situación es fácil o todo mundo quiere nadar porque no el viaje gratis también mejor dicho quien le gustaría mezclarse con los otros pienso que los pobres serán obligados a suportar el indeseable.