El hombre negó completamente los hechos y aseguró que sólo intentaba razonar con su mujer para pedir su colaboración.
El Ministerio Fiscal solicitó ayer la imposición de una pena de nueve meses de prisión para un hombre al que acusaba de cometer un delito de amenazas en el ámbito familiar. Por su parte, la acusación particular pidió la imposición de dos años de cárcel, uno por un delito de amenazas y otro por un delito de malos tratos, más la prohibición de comunicarse con la víctima y portar armas por periodo de seis años en total. Por su parte, la defensa solicitó la libre absolución de su representado al entender que no había cometido los delitos que se le imputaban.
Los hechos que por los que le hombre se sentó en el banquillo tuvieron lugar el pasado día 17 de febrero de este año en el domicilio familiar que la pareja compartía junto con dos de sus hijos.
Según denunció la presunta víctima, su marido le amenazó mientras sostenía un cuchillo jamonero en su mano, teniendo que interceder los hijos. La mujer contó que ella simplemente fue al cuarto de su hijo para hablar por teléfono y que el hombre, que con el que llevaba toda la tarde discutiendo, se puso a gritar al otro lado de la puerta del cuarto de su hijo, donde ella se encontraba. La mujer explicó que él en ningún momento intentó agredirla con el cuchillo, pero también dijo que no se explicaba cómo quería hablar con ella con el arma en su mano. La acusación alegó además unos malos tratos habituales y para ello se refirió a varias denuncias interpuestas a lo largo de varios años por hechos similares. De hecho, en el juicio comparecieron unos agentes de la Policía que corroboraron un capítulo ocurrido el 4 de junio del año pasado y en el que él se encontraba muy alterado e incluso “agresivo”, según dijeron los agentes.
El acusado, por su parte, negó completamente los hechos y contó que el día de los hechos simplemente intentaba hablar civilizadamente con ella para que colaborara en las tareas de casa y en el desarrollo de unas obras que se estaban realizando en la vivienda en la medida en que ella pudiera. De hecho, el hombre explicó que ese día le pidió que fuera al supermercado para ir a comprar. Dijo que ella estaba sin hacer nada e incluso que le dio dinero. Ella no hizo la compra y tuvieron que cenar bocadillos, según su versión. Por ese motivo intentó hablar con ella, para que se mostrara más colaboradora. El acusado alegó además que todas las denuncias tenían como objetivo quitarle su casa.