Ay, con el futuro!, si ya tenemos complicado el presente, cómo pensar en él.
Lejos en mí está cuestionar las intenciones del nuevo Ministro de Política Territorial, ni tampoco discrepar con sus próximos retos oficiales, pero hay algo que me lleva a pensar qué nos tendrá preparado para el futuro para Ceuta y Melilla, gustándole las bromas, en estas ciudades no estamos para esos tablaos.
También “determinados acuerdos sólidos” nos ponen la piel de gallina, y la de los oportunistas, que merodean por esa puerta entreabierta o coladero legal, que esperan esas armonías. Por otra parte, las dificultades económicas son muy serias y los proyectos siguen detenidos, estas situaciones podrían aprovecharse ya que por estos lares existen hasta trastiendas.
¡Ay, con el futuro!, si ya tenemos complicado el presente cómo pensar en él, pues con esos términos de “Una España unida, plural y diversa” (sic) me entra un no sé qué, que ni es bochorno ni es escalofrío, pero mire, no dejo de pensar, porque por aquí ya nos preocupa hasta el tintineo de un llavero.
Llevamos mucho tiempo anhelando un sinfín de soluciones para multitud de problemas y cuestiones que nos hacen sentir inquietos e inseguros, como presentaba el Consejero de Gobierno Sr. Gaitán el 21 de enero de 2020 con aquellas “Siete Prioridades para Ceuta”: Plan de apoyo a la actividad económica, mejora de medios y equipamiento en la frontera, solución a los MENAS, reconocer las ayudas a la Ciudad para cubrir costes en la desalinizadora y los servicios fronterizos, satisfacer las necesidades existentes en las áreas de Defensa, Seguridad, Sanidad, Educación, Justicia e Instituciones Penitenciarias, asegurar comunicaciones con la península, garantizar mediante ley la estabilidad de las ayudas a la ciudad y el compromiso de la
Administración General del Estado a mantener unos servicios públicos y niveles de calidad equiparables a los del resto de España, así como la vigencia del Régimen Económico y Fiscal Especial.
Ante la incapacidad productiva de estas ciudades, que dependen del sector terciario, todo esto se convierte en una situación caótica, cuyas necesidades son de máxima urgencia y disciplina, por las que se sigue clamando soluciones y no un hermoso cajón.
Por esta puerta entreabierta, por la que entramos o salimos, y la que nos atormenta, se vive cada día siguiendo el ritmo diario de aquello que se dice y comenta en los medios de comunicación buscando mejorar la imagen de Ceuta, desterrando criterios infundados y ofreciendo información al respecto, aun así, solos no nos basta; todas las ayudas e influencias se necesitan urgentemente.
En estas difíciles circunstancias apelamos al sentido común y constructivo para alejar hechos que no deberían ser ni ocasionales. En aquel momento quedó un camino por recorrer, a pesar de la frase “Con ánimo constructivo y exigencias inmediatas” se cerraba aquella presentación.
Hoy ha pasado un año y seguimos llenos de esperanza y reclamando la estima y deferencia que señalaba.