El Gobierno de Marruecos aplazará otras dos semanas más las limitaciones adoptadas para hacer frente a la pandemia de COVID-19. A través de un comunicado oficial, las autoridades marroquíes han anunciado esta decisión que se justifica, en cierta medida, en la aparición de nuevas variantes del virus en algunos países circundantes.
Las autoridades sanitarias marroquíes detectaron este mes de enero un caso de dicha nueva variante, la llamada variante "británica" del virus (por el país donde parece haberse manifestado por primera vez) en el puerto de Tánger Med.
Tras el descubrimiento de este caso, el Gobierno decidió prohibir inminentemente, con efectos desde el día después, "y hasta nueva orden" el aterrizaje de aviones o la entrada de pasajeros procedentes de cuatro países: Australia, Brasil, Irlanda y Nueva Zelanda. Previamente, Marruecos ya había prohibido la entrada a aquellos procedentes del Reino Unido, Sudáfrica y Dinamarca, tras la detección en esos países de esa variante del virus.
Ahora, febrero comienza en Marruecos con una nueva prórroga de las medidas sanitarias y un total de 281 nuevos casos de contagios por COVID-19. Lo alertaban las autoridades sanitarias del país vecino en su informe diario sobre la evolución de los casos y el avance de la pandemia en el lugar. Sin embargo, han sido 892 recuperaciones que fueron registrados enen las últimas 24 horas, apuntaba el Ministerio de Sanidad.
Mientras tanto, la campaña de vacunación sigue adelante. Las Altas Instrucciones Reales de Marruecos aventuraban a su inicio que sería gratuita para todos los ciudadanos, con el objetivo de inmunizar a todos los componentes del pueblo marroquí (30 millones para vacunar alrededor del 80 por ciento de la población. De esta forma, se lograría reducir y eliminar los casos de contaminación y muerte debido a la epidemia y contener la propagación del virus, con miras a un regreso gradual a la vida normal.