Desde el año 2000, la ONU proclamó el 18 de diciembre como el Día Internacional de las Migraciones. Dada la situación estratégica de Ceuta, nuestra ciudad no podía ser ajena a esta celebración, sin embargo este año debido a la pandemia provocada por el COVID-19 y que mantiene en vilo al planeta no permitirá que este viernes varias organizaciones encargadas de asistir a los inmigrantes una vez que llegan a Ceuta reivindiquen este día y que los inmigrantes, ante todo, son personas.
Un año más, el 18 de diciembre, este Día Internacional nos recuerda que miles de historias de personas llegan a nuestra ciudad, personas que tienen los mismos derechos a disfrutar de un proyecto de vida digno a este otro lado de la frontera y que se juegan la vida a diario por alcanzarlo.
La inmigración, que supone la llegada y asentamiento de población de orígenes y culturas diversas es un hecho esencial para entender la identidad actual de nuestra ciudad, la ciudad donde las cuatro culturas se dan la mano para caminar juntas.
El reto es gestionar de manera positiva esta diversidad de forma que la ciudad sea un ejemplo de convivencia como ciudad abierta, inclusiva y plural. No hay más delincuencia por el incremento de la presencia de población inmigrante. No saturan la sanidad pública. Las personas inmigrantes no quitan el trabajo a las españolas, al contrario, los datos demuestran que trabajan en donde los necesitamos, cuidan a nuestros padres, madres e hijos.
Incluso, muchos dan la vuelta a su situación y son emprendedores, aportan diversidad e innovación y una alta preparación en muchos otros casos, a coste cero. Las personas inmigrantes tampoco reciben más ayudas, al contrario, aportan más de lo que perciben, contribuyendo al mantenimiento de la economía. La inmigración, no supone un lastre para nuestra ciudad, sino más bien, lo contrario.
A diario, encontramos noticias de que la Guardia Civil ha interceptado una embarcación con inmigrantes que intentaban cruzar al otro lado del Estrecho o muchos que incluso, arriesgan su vida a nado para llegar desde las costas marroquíes a las nuestras.
Lo importante es la persona y no de dónde procede, considerando que el ser inmigrante sólo depende del nacimiento, no de las posibilidades personales ni de la riqueza ni de nada. La inmigración no es un problema, sino que es un fenómeno que se convierte en una riqueza para esos países que reciben a esos inmigrantes, sobre todo, cultural.
Los inmigrantes no son un problema, sino parte de la solución a algunos de los problemas que nos afectan, como el envejecimiento de la población, la baja natalidad o la falta de mano de obra para determinados trabajos.
No creo que sea una solución, ni para España ni para los propios migrantes, ilegales, que llegan a nuestro país. A la vista está, que el migrante, es muy raro, a no ser que tenga unos estudios adecuados, incluido el idioma español, que pueda optar a un puesto de trabajo legal.
Los trabajos legales se ofertan en el país de origen como por ejemplo las recogedoras de la fresa en Huelva, la recogida de la uva en Francia, trabajo de construcción en Marruecos, etc.
Cuando viajo a la península, los inmigrantes “ilegales”, una gran mayoría de ellos, se ven por todas las provincias mal viviendo con trabajos fraudulentos, pidiendo por las calles, habitando casas en donde se meten hasta treinta personas o en donde puedan ocupar un sitio de colchón. Osea, mal viviendo y alejados de sus familias sin poder volver.
De esta forma estamos alentando a las mafias esclavistas, trata de blancas y de tráfico de menores, pero parece que eso no importa si le ponemos alfombra roja a todos los que quieran pasar a Europa, así sin más.
¿Y luego qué, de la caridad del prójimo? ¡No lo tengo claro!
Lo minimo que puede hacer marruecos es aceptar a sus magrebies ilegales. O legales . esto para empezar .las autoridades no estan por la labor
Tómate algo, yo invito.