La cárcel de Ceuta, que lleva a gala el haberse blindado con éxito ante el coronavirus, adoptará a partir del próximo lunes una nueva medida restrictiva con el objetivo de aminorar al máximo los riesgos de contagio. Así, desde el lunes, se van a suspender las salidas de permiso durante un periodo de dos semanas, es decir, hasta el 9 de noviembre.
Las comunicaciones especiales (íntimas y familiares) llevaban ya suspendidas desde el 28 de septiembre, tal y como adelantó este periódico. Primero fue por tres semanas, prorrogándose otras tres más. Ahora se da un giro a esa ‘impermeabilización’ ante el virus ordenándose la suspensión de los permisos; medida esta que puede variar según sea la evolución de la pandemia.
La prisión de Mendizábal ha ido adoptando medidas de prevención en beneficio de sus internos y de los funcionarios que prestan allí servicio, todo con el fin de evitar contagios en una infraestructura sensible.
La suspensión de los permisos se va a hacer coincidir en el tiempo con la de las comunicaciones especiales, ya que el lunes entrará en vigor la primera de las acciones y todavía regirán dos semanas más de impedimento de encuentros con familiares además de íntimos (los conocidos como vis a vis).
La autorización de las restricciones ha sido dictada por el secretario general de Instituciones Penitenciarias, Ángel Ortiz, ya que la dirección de la cárcel lo que hace es proponerlas.
La prisión de Mendizábal, al igual que otros centros penitenciarios del país, vivió su propia desescalada tras el periodo de confinamiento. Fue así como, de manera gradual, se fueron recuperando actividades -siguiendo los mismos criterios que la llamada nueva normalidad en la calle-. Talleres, actos religiosos, culturales y de todo tipo fueron recuperándose pero siempre estando sometidos a la evolución de una pandemia que, en Ceuta, es de riesgo extremo debido a los datos alcanzados y la proporción estadística de su población.
El objetivo de Instituciones Penitenciarias es garantizar que no hay contagios, frenando situaciones que podrían ser desastrosas dada la situación de los propios internos y la sensibilidad que define al colectivo.