Veo la generosidad de una persona que escucha a los demás. Que ve cómo otra está a su lado. Los momentos son los instantes precisos para ver cómo es un hombre o mujer verdaderamente. Sientes ese teléfono que te dice aquí estoy. Yo digo y si me reciben es formidable. Intento dar la mano para decir que no estoy manco de generosidad. Me falta una cosa fundamental. Tiempo. Eso del que disponemos con unos granos muy contados. Y quien lo tiene busca ignorar que lo tiene. Hoy prima estar junto a un ordenador y buscar las cosas que nos gustan. Entre ellas estar informados de nuestro alrededor. Eso equivale a decir que somos personas que tenemos que vivir en sociedad. Esa que queremos que exista. Esa que por culpa del virus nos dicen que no podemos reunirnos con nuestros amigos. Y eso es posible. Estar sin esas personas que queremos. Yo me resigno a decir que no. Tener cuidado eso sí.
Pero estando junto a los nuestros. El final está cerca y seguiremos estando en contacto, aunque sea de esta forma virtual. Pero nuestra ilusión es estar juntos. De esta manera podremos saber cómo nos encontramos y no dar por enterado que has ido a alguna parte sin contar conmigo. Escuchar las discusiones en directo por una jugada ajedrecística. Eso vale dinero, amor y fraternidad. Eso hace Unión. Una cosa que nadie sabe romper. Somos una sola cosa. Somos una bella piña que tiene su encanto y olor. Sin ella no sería lo mismo el campo. Que recuerdos. Que decir de cada día que pasamos juntos.
Pienso en esas palabras de rigor donde el simple Hola como te encuentras no es una forma de romper el hielo, es decir que estás interesado por el devenir de los días que has faltado estar con él. Es implicarme en la vida de ese amigo. En fin, decirle que aunque haya estado fuera de su órbita durante un tiempo quiero seguir ayudando y no aparcar esa cosa tan bonita que se llama amistad. De esa que mucho se habla y que cuando se encuentra es por la preocupación que tenemos sobre esa persona. Esa que nos hemos encontrado en nuestros avatares de la vida. Esa alma gemela que hoy en día es difícil de encontrar. Y más que se nos está poniendo si nos tenemos que quedar en esta casa donde es una fortificación ante el ataque de un mal que ha producido una pandemia.
Yo desde aquí me acuerdo de esos buenos ratos que hemos compartido y que espero seguir compartiendo. Esto creo que no tendrá un final. Igual que vemos como el día 21 de septiembre está aquí al lado y equivale a entrar en una nueva estación. Esa donde las hojas caen al suelo por tener ese nuevo estado. Esa vejez que viene provocada por la entrada del frío. Yo no estoy por perder un amigo por este sentido. Al revés creo que es cuando se ve mejor las cosas buenas. Con los años valoramos más tener esto cerca de nosotros. A un buen amigo. Te deseo lo mejor querido y admirado hombre y mujer que desea estar junto a mí.