La aventura emprendida por Amadu, Wamanka Mass y Djalo ha terminado con una denuncia en el juzgado acusados de un presunto delito de hurto.
Estos son los tres subsaharianos rescatados el pasado domingo a bordo de una vieja patera de madera, con la que habían decido emprender viaje a la península. El dueño de la patera, el marroquí E.B.Y., denunció la desaparición de la barca horas antes del suceso en el cuartelillo de Hadú, manifestando que le habían quitado la patera, sin motor ni remos, en la misma playa de Benítez.
Pues bien, esa patera era la que habían tomado los tres subsaharianos, residentes en el CETI, para marchar a la península, desesperados por su situación.
A la deriva se encontraban cuando fueron detectados por el Jaume I de Balearia. Según la Guardia Civil, el hallazgo fue clave ya que, sin remos ni motor, el destino de los tres inmigrantes hubiera sido incierto.
La Guardia Civil ha instruido diligencias contra los tres inmigrantes por un presunto delito de hurto, que podría penarse hasta con 18 meses de prisión si el denunciante opta por seguir adelante con la causa.
Según el Instituto Armado esta es la primera vez que tienen constancia de un intento de escapada haciendo uso de una patera, y reconocen la imposibilidad de retirar las barcas que se encuentran en playa Benítez ya que todas no están abandonadas.
Tras el episodio puramente policial existen las historias de estos tres compatriotas, naturales de Gambia, Guinea y Guinea Bissau, cuyo intento de escapada se ha visto frustrado. Todos ellos no llevaban más de tres meses en el campamento. Tanto Djalo como Amadu son solicitantes de asilo y entraron a finales de año por vía marítima a bordo de embarcaciones playeras. El caso más dramático lo representa Wamanka Mass, que escapó de su país por motivos económicos y que consiguió entrar en Ceuta de la forma más dramática: saltando la valla. Tuvo que ingresar en el hospital ya que quedó enganchado en las concertinas de la valla. La sudadera que vestía le salvó la vida, ya que quedó enganchado con ella. Sus manos y antebrazos sufrieron los cortes profundos del vallado.
El primer caso
La salida en patera de este grupo de inmigrantes es la primera, de esta guisa, a la que se enfrenta la Benemérita después de muchos años. En torno a esta aventura hay muchas suposiciones, que forman parte ya de las investigaciones y sospechas que mantiene la Benemérita. Los inmigrantes buscan la consecución de un pase inmediato a la península que no acostumbra a llegar. En el caso de los detenidos se da la circunstancia de que ya, alguno de ellos, había sido rechazado en el puerto al intentar esconderse bajo camiones.