Un consejo me atrevo a ofrecerle este domingo, no deje de visitar la magnífica exposición que tenemos en las salas del Conjunto de las Murallas Reales.
El blanco y negro se hace más real que nunca, se trasforma y nos marca la línea entre el arte y la magia. Eso es lo que consigue Beatriz Lamenca con esta muestra. Nos presenta un nuevo sueño "Ceuta, mi ciudad querida". Tal y como ella nos dice, fue en el 2004, cuando nació la idea de experimentar, con esta nueva muestra. En su cuidado catálogo, nos deja bien claro su forma de entender esta exposición… "Fotografiar Ceuta en blanco y negro ha sido un placer, una ilusión y un reto, porque cada una de estas instantáneas forman parte de mi infancia, de mi adolescencia y de mi presente. Es un resumen visual de mi memoria".
Beatriz Lamenca, explora la belleza escondida en objetos de uso cotidiano, lo oculto sagrado, en lo mundano. Algunas de las imágenes como la nueva visión del Palacio Municipal o la Catedral, nos habla de un lenguaje de formas geométricas, líneas y ritmos, sus imágenes son contemplativas, sus imágenes trascienden como símbolo de otra cosa. "Ceuta, mi Ciudad querida", es una exposición inquietante y poética. Las montañas de Ceuta con sus salidas de sol iluminando la niebla por la mañana, a la deriva en silencio. Una montaña devorado por el viento y el agua que sale detrás de los sedimentos que ya se está haciendo algo nuevo. Se trata de fotografías que resaltan la belleza de cada momento fugaz en una Ceuta de cambio continuo.
Son muchos los años que lleva Beatriz Lamenca, entre películas, fijadores, reveladores y demás utensilios. Pero creo que con este trabajo, está en un momento interesante para ser la gran creadora de imágenes, que todos tratamos de ser algún día. Porque tiene tantas opciones estéticas y técnicas que utiliza que logra consolidarse, en la realización de una visión creativa. El medio y las técnicas con las que trabaja son elegidos para reforzar los aspectos dramáticos de la fotografía para que el espectador se sienta más directamente relacionado con esa Ceuta que existe dentro de ella. Creo que la autenticidad de la imagen final, no debe basarse, en la realidad, sino lo bien que transmite su mensaje. Su inclinación natural hacia la fotografía en blanco y negro, como sus cualidades inherentes, de la abstracción, intensifica el impacto emocional de un lugar, dejando espacio para el misterio.
Beatriz Lamenca, toma un enfoque diferente, ya que se centra en la composición de la imagen y captura de imágenes, con énfasis en los aspectos creativos de la fotografía en blanco y negro. Sus reglas básicas de la composición, aplicada con diferentes géneros fotográficos, como la arquitectura, la fotografía de la calle, el retrato y la fotografía surrealista. Ilustra los elementos de un lenguaje fotográfico, que distingue a la fotografía creativa de disparos al azar. La parte final de esta exposición es necesaria para crear espectaculares imágenes. Con Beatriz, la fotografía en blanco y negro no muere, sino que florece, en su mejor arte, es la forma más pura de la fotografía. Para esta ceutí, seguramente, el color es una distracción. Desde un punto de vista artístico, el color representa la realidad. Blanco y negro es una interpretación de la realidad. Tendríamos que preguntarle a Beatriz Lamenca, cual es la clave para lograr esas excelentes fotografías en blanco y negro. Cuando la manipulación digital se ha convertido en la norma. Ella consigue que el blanco y negro, sea el arte original que inspiró a muchos grandes fotógrafos. En efecto, hermosas fotografías en blanco y negro de Beatriz Lamenca, que nos atrae con sus juegos de grises, la atención cercana a la composición, la iluminación, la perspectiva y el contexto. Por lo tanto, antes de considerar las fotos que presenta en esta exposición, preparar un poco de paciencia y tiempo. Tiempo, en ver tanto arte unido, por Beatriz.