Elisabeth Muñoz Vallejos, presidenta de la junta de personal del Instituto Nacional de Gestión Sanitaria (INGESA) en Ceuta, mandó ayer una nota de prensa sobre los acuerdos tomados en su última reunión extraordinaria y la respuesta obtenida de las autoridades sanitarias. Le trataron dos puntos: la petición de una sala de estar para los celadores y los problemas del servicio de radiodiagnóstico.
Respecto al primer asunto, Muñoz asevera que la junta acordó por unanimidad solicitar a la dirección del INGESA una sala de estar para los celadores, disponible en cualquier turno y sin restricciones horarias.
En el caso del servicio de radiología, se solicitó, también de forma unánime, dotarlo de personal administrativo encargado de dar las citas de las pruebas. La junta alega que, desde que se instaló un nuevo programa informático que les exige más burocracia, los técnicos de rayos ven su trabajo ralentizado en gran medida.
Según afirma la junta de personal, la dirección del INGESA respondió a través del gerente, quien rechazó ambas peticiones. En primer lugar, se oponen a la sala de estar para los celadores aduciendo que la administración pretende “la integración de los profesionales en las unidades o servicios en los cuales está asignados”. La junta responde que esa pretensión es inviable, a menos que se viera acompañada de un aumento del personal, porque dicen que los celadores no están asignados a unidad o servicio alguno, sino que rotan por todo el hospital.
Además de ello, afirman que la situación empeora al no haber ninguna cafetería por las inmediaciones del Hospital Universitario, ni en ningún sitio cercano. Alegan que los celadores se ven obligados a hacer su descanso diario de media hora en una sala diferente cada vez y que, si quisieran desplazarse a una cafetería incluso en su vehículo particular, necesitarían más de treinta minutos para conducir, aparcar y desayunar.
Respecto al servicio de radiología, el personal manifiesta que el problema surge con la puesta en marcha de un nuevo sistema informático y la instrucción dada a los técnicos de rayos para que introduzcan los datos de los pacientes que acuden desde los distintos servicios de urgencias. Ello supone entrar en el programa de citas e introducir varios datos (numeración de la historia clínica del paciente, procedencia de la petición, especialidad que lo demanda, facultativo que solicita la exploración, entre otros). Trámite que hay que repetir por cada placa, aunque se trate del mismo paciente. Afirman que ello supone una enorme pérdida de tiempo.
El INGESA contestan que los técnicos se limitan a trascribir en el ordenador una serie numérica facilitada por la unidad de admisión de urgencias.