Miles de marroquíes con residencia en países europeos, muchos de ellos en distintos puntos de la Península e incluso en Ceuta, no pueden salir de Marruecos y regresar a sus hogares después de que el país decretase el cierre de fronteras el pasado 13 de marzo y anunciara el confinamiento obligatorio hasta el 20 de mayo por el coronavirus.
Este es el caso de nuestra vecina Amina Mejahid El Hayani Ben Naim, una española de 40 años que vivió unos años en Barcelona, pero que desde noviembre de 2019 vive en la barriada del Sardinero.
No trabaja, sino que cobra una pensión no contributiva de 395,60 euros porque tiene una discapacidad del 65 por ciento. Además, le hicieron un trasplante renal, aunque debe seguir tomando su medicación.
Amina viajó hasta Tetuán el pasado 12 de marzo para encontrarse con su familia. “Entré en Marruecos a ver mi padre que es mayor y estaba enfermo. Ahora estoy en casa de mis padres. El problema es que como estoy enferma tengo miedo de que me pueda pasar algo porque tengo anemia y las defensas muy bajas”, explicó.
Además, a Amina se le han acabado sus medicamentos y tiene miedo de que esto afecte a sus riñones. “No me quedan y la mayoría aquí en Marruecos no los hay o son muy caros y yo no tengo dinero para comprarlos. Incluso algunos son diferentes, no son los mismos que tomo”, continuó.
“Llamé al Consulado de Tetuán y a la Embajada de España en Rabat y los dos me han dicho que dejara mis datos y que no saben nada de cuándo habrá un acuerdo entre los dos países, pero que si abren las fronteras te llamaremos”, contó Amina que le indicaron.
Esta española de raíces marroquíes necesita hacerse unos análisis que tenía previstos para ver cómo va su tratamiento, además de la consulta con su nefrólogo. “Llamé también al hospital, pero tampoco te dan una solución. Solo pido volver a Ceuta, a mi casa y seguir con mis tratamientos”, prosiguió.
Lo mismo quiere Mouniya Chlouchi, una marroquí de 39 años residente en España desde hace 20. Vive junto a su familia en la provincia de Gerona, pero el día 7 de marzo cogió un vuelo desde Barcelona a Tánger para ir “por un tema familiar” hasta Alcazarquivir, en el norte de Marruecos.
“Que nos busquen una solución para regresar con nuestros hijos a nuestras casas”, dicen
Se enteró de que el país alauita había cerrado las fronteras por las noticias, pero cree que “no avisaron con tiempo”. Intentó averiguar al día siguiente si podía regresar a España de alguna manera. “Lo intenté, fui hasta la frontera con Ceuta y no me dejaron pasar. He llamado a la Embajada de España en Marruecos mil veces, pero no nos dan ninguna solución”, contó.
Actualmente está con su madre en la casa que tiene a las afueras del pueblo, pero “no me siento segura estando sola aquí”, aunque “por suerte” no le falta dinero porque está con su madre.
“La verdad que no nos dan soluciones y hablo en plural porque no las hay ni por parte de España ni por la de Marruecos. Que nos busquen una solución para regresar con nuestros hijos a nuestras casas lo antes posible”. Mouniya se muestra tajante. No pide nada más.
Peor ue la guerra mundial, cada uno hace lo que quiere, en contra de la libertad, y otros derechos fundamentales.asi los pueblos pierden la esperanza y el respeto con sus gobernantes, ya que cuando mas se necesita de ellos, te dan la espalda.