Tres de los últimos cables que han visto la luz por medio del portal de Wikileaks, cuya web ya ha sido restablecida, coinciden en señalar que la relaciones entre España y Marruecos son “fuertes”.
Uno de ellos valora la visita del rey Juan Carlos I a Ceuta como “una hacer gala de patriotismo y contraatacar las críticas del PP que acusan a Zapatero de ser débil enfrentándose a ataques de comunidades autónomas nacionalistas”.
En ese mismo cable se apunta que, en ese preciso momento de finales del año 2007, el gobierno marroquí estaba molesto por dos asuntos referentes al Sáhara Occidental. El primero de ellos, que se hiciera en vísperas del trigésimo segundo aniversario de la marcha verde, lo que de verdad enfadó a las autoridades del país vecino. En segundo lugar, la intención del juez Baltasar Garzón de tomar cartas contra militares de ese país. “Por si fuera poco, Marruecos se encuentra de mal humor debido al que el juez activista Baltasar Garzón anunció el 30 de octubre que investigaría posibles crímenes de genocidio por oficiales marroquíes en el Sáhara Occidental”. El cable, sin embargo, no deja en buen lugar al anterior ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos. “Dudamos que el caché del ministro haya subido tras todo esto”, aseguran desde la embajada estadounidense en Madrid.
Otros dos cables publicados respecto a las relaciones bilaterales entre Marruecos y España diseminan al detalle los movimientos de Zapatero y Mohamed VI. Respecto al presidente español, se remarcan las buenas relaciones que, ya en el año 2008, un año después de la visita del Rey, existen. Siempre bajo una premisa que se repite en los tres documentos filtrados: “La ausencia de discusión pública por el rey o los nacionalistas de El Fassi respecto a los enclaves españoles de Ceuta y Melilla”, algo que se ve como “símbolo de la fuerza de las relaciones”. Se remarca, además, la preocupación por la inmigración, uno de los motivos que obligan a tener buenas relaciones.
El Fassi, quien es visto por los embajadores como alguien clave en Marruecos. De las reclamaciones del país vecino respecto a Ceuta y Melilla se recalca que se trata de una estrategia del país vecino. “Se exacerban los sentimientos nacionalistas para distraer de asuntos domésticos, táctica usada por los líderes del reino desde hace tiempo”, recalcan los diplomáticos estadounidenses de la embajada de Rabat.