Las historias de españoles que se encontraban, y muchos aún se encuentran, atrapados en el país vecino sin poder cruzar los escasos metros que separan Marruecos y Ceuta, son más de las que nos gustaría. Pero no es el caso de Edurne Ostáriz, una pamplonica de 39 años que reside en Logroño por motivos de trabajo, pero que también es “un culo inquieto” a la que le encanta viajar sola y que afortunadamente tuvo más suerte.
Así, desafiando todos los prejuicios, estereotipos y miedos sobre si es seguro o no que una mujer viaje sola a Marruecos, Edurne, que se define como “una aventurera loca que suele viajar cada dos meses” o cuando su trabajo se lo permite, cogió un vuelo el día 9 de marzo desde Santander hasta Marrakech. “Cuando viajé había algún caso ya en España, pero no parecía que fuese para tanto ni había lo que hay ahora”, reconoció.
Los primeros días en la antigua capital marroquí todo era normal, sin embargo fue el día 12 cuando se encontró en el hotel con otros españoles que le contaron que “habían dicho que iba a cancelar todos los vuelos y cerrar las fronteras”, tras lo que posteriormente le llegó el mensaje de cancelación de su vuelo de vuelta para el 13 de marzo.
De esta manera, como las tecnologías están para facilitarle la vida a las personas, decidieron crear un grupo de WhatsApp en el que en un principio “éramos siete y luego ciento y pico” para estar informados pues “todos estábamos preocupados por no poder volver”.
Por ello, como Edurne tenía un amigo en Marruecos que le consiguió un hostal “baratito” y “como la gente estaba histérica comprando vuelos a todas partes por cantidades desorbitantes”, decidió comprar un nuevo vuelo de vuelta para el día 3 de abril “para dejar que pasara todo este caos” y así conocer más a fondo el país.
Sin embargo, las cosas se iban complicando y “los mensajes que nos llegaban cada día eran más preocupantes”, por lo que decidió que sería mejor volver cuanto antes. También llamó a la Embajada y a los Consulados de España en Marruecos, pero la respuesta era la misma: “No nos podían ayudar, que nos fuéramos cuanto antes por nuestros propios medios”, destacó.
Pero esta historia también muestra la gran generosidad de Edurne. En este hostal, conoció además a Romi, una chica con una enfermedad renal y recién transplantada que viajaba con su madre y que “necesitaba sus medicinas”. Por lo que Edurne, movió todos los hilos que pudo para ayudar a conseguir sus medicamentos a esta chica, que “era una persona de alto riesgo y que no podía exponerse al virus” urgiendo volver a casa a través de Ceuta. Y como todo lo que se propone lo consigue, Edurne buscó la manera más rápida para que Romi y su madre volvieran al hogar. El domingo día 15 consiguieron volver a la Península viajando desde Marrakech a Tánger en tren y desde Tánger en taxi a Ceuta.
No serían las únicas personas a las que ayudaría. Además de todas las personas que se ponían en contacto con ella através de WhatsApp, Edurne también coincidió en el hostal con Jose María, un señor de 74 años “con movilidad reducida” que viajaba solo y cuya hija en la Península “estaba muy preocupada”. En ese momento, y como ya habían cancelado su vuelo para el día 3 de abril, “pensé no puedo irme y dejar a estas personas abandonadas a su suerte y menos a este señor que camina tan despacito solo”, recordó.
Por ello, Edurne no se movió de Marrakech hasta que no consiguió ver de nuevo a José María, por lo que no sería hasta el martes día 17 de este mes cuando ambos pondrían rumbo a Ceuta por la “única ruta posible”: Marrakech-Tánger y Tánger Ceuta. No llegarían a nuestra ciudad hasta el miércoles 18 por la mañana.
Sin embargo, Edurne no dejó ni un momento solo a José María hasta que cogió el autobús en Algeciras hasta su casa, y estuvo todo el tiempo en contacto con su hija. Ella no llegó a Logroño hasta el viernes, pero reconoció que “mereció la pena”.
Dicen que “llevadera es la labor cuando muchos comparten la fatiga” y qué duda cabe. Pero de lo que no cabe duda alguna es que estas situaciones “despiertan lo mejor de todos nosotros”. El coronavirus está dejando ratos malos pero también muestras de mucha solidaridad.