oy los tengo que recordar. Se fueron subidos a su ignominia, portadores de esa malvada y maléfica sinrazón, de gentuzas que disparaban y ponían bombas sin importarles a que personas iban dirigidas y que, durante muchos e inolvidables años, sembraron el terror por todas las regiones españolas. Su felonía no se ocultaba y sus caras marcaban ese odio incomprensible a todo lo que sonara a español.
Los tiempos que ahora vivimos conforman una inseguridad que genera miedo e incertidumbre sobre los derroteros, en la deriva moral y ética a la que nos conducen esos pactos incomprensibles entre partidos que no se soportan pero, con sus mochilas cargadas de falsedad, se unen unicamente para satisfacer intereses particulares y dejando a un lado el interés general. Si se permite que filo-etarras puedan decidir el camino a seguir en determinados pueblos vascos, si se permite que separatistas catalanes sean oídos e incumplan las sentencias que emite la Judicatura española, no queda duda de que el Pueblo Español, está herido de muerte. Es ese intento patético y real que supone acercar a los presos etarras cuando sus integrantes cometieron sus atentados a lo largo y ancho de nuestra Patria. Es decir, la dispersión que tan buenos resultados ofreció a la sociedad y a las prisiones, está quedando soslayada a cambio de poder y dinero, para seguir extorsionando desde esa atalaya oscura que les procura el recuerdo de un olor nauseabundo. La falta de libertad está patente y es lo que trae al recuerdo a todas aquellas buenas personas que dieron su vida por llevar uniforme o sencillamente, los que siempre utilizaron la palabra para defender sus ideales, sus pensamientos, sus posturas, ¡eran sus palabras!.
Es el terrorismo de hoy, con esa macabra y endemoniada actitud, diferente a lo que sufrimos en aquellos años de plomo. Este es un trozo de la mentira, una postura habitual de los presos etarras recluidos en la Prisión Gran Canaria “Salto del Negro”. Mal asesorados por sus defensores y vividores, los que les apoyaban e inducían a realizar supuestas huelgas de hambre. Ni el “Carnicero de Mondragón” Zabarte Arregui, De Juana Chaos, López Ruiz “Kubati”, Cabello Pérez, Sainz Lobato o el mismísimo Oregui Echevarría, realizaron nunca estas huelgas falsas. Condenados la mayoría a mas de cien o miles de años, eran fácilmente maleables por las misivas que tuneadas les llegaban por medio de aquellos que, sin ninguna duda, querían que fueran fuertes para que ellos, pudieran seguir viviendo del dolor de los demás, de aquellos que no veían término a su tortura. La excepción la constituía Esteban Esteban Nieto, preso de treinta y nueve años, compañero en el temible “Comando Madrid”, del asesino De Juana Chaos y su ferviente admirador, y que cumplía a rajatabla con su equivocada y errada huelga de hambre. Esteban murió a los 45 años tras una terrible enfermedad, en buena medida por esas huelgas que lo deterioraron físicamente. Después de haberlo conocido, se podría decir que este hombre equivocó su profesión. Su entierro allá en su casa, resultó ser un homenaje.
Ahora o mañana, los presos etarras comenzarán a interpretar su salida en libertad, como gesto a su vida asesina, sin reconocer sus delitos y sus estragos. Esta supuesta medida de beneficios penitenciarios, no alcanzará el olvido y de muchas víctimas no conseguirán su perdón porque, realmente, tampoco es necesario. Parece que algunos políticos han dejado atrás su respeto… ¿Lo hará usted también?
Mi querido amigo:
Sigue en tu línea de defensa de la verdad, eso te engrandecerá y poco a poco con tu testimonio
Pondrás a esas bestias en el lugar que les corresponde , el infierno.
Tienen que penar por tanto sufrimiento que como a ti hicieron sufrir a tantas criaturas.
Un abrazo y un viva a España.
Me gustan y los espero cada semana sus escritos, debería publicar más a menudo