La Ciudad Autónoma decidió hace ya un par de años abandonar, de manera definitiva, la idea de expropiar los terrenos ocupados por los barracones del Sardinero.
Era una operación que se había puesto en marcha, simplemente, por la necesidad que tenía el Ministerio de Educación de contar con una parcela concretamente en la zona del Sardinero para la construcción de un centro escolar.
Sin embargo, el intento de que el citado equipamiento escolar vaya en el acuartelamiento Fiscer hizo abandonar definitivamente la mencionada intención.
La idea de la expropiación de los barracones del Sardinero se produjo a partir de los primeros contactos entre la Ciudad Autónoma y la Delegación del Gobierno para analizar el estado de inversiones estatales que estaban pendientes de la necesidad de solares.
Estamos hablando de cuando todavía en la Delegación estaba al frente de la misma el antecesor de Fernández Chacón, en este caso, Jenaro García Arreciado.
Y es que el Ministerio de Educación había desechado en esos momentos la parcela de Ybarrola dado que la misma se encontraba contaminada y no se entendía como aprovechable para un colegio.
Entonces, se abrió la posibilidad de los barracones y la Ciudad Autónoma, dentro de ese grado de colaboración que mantiene con la Administración General del Estado dispuso que comenzaría el procedimiento para la expropiación, aunque avisó que no era una fórmula que fuera rápida sino que podría prolongarse en el tiempo.
A partir de que se buscó una alternativa como el acuartelamiento Fiscer se dejó, de manera definitiva la expropiación. El futuro de esta parcela de la zona del Sardinero se remitirá, de manera definitiva, a lo que establezca el Plan General de Ordenación Urbana en su documentación.
Unidos al tema de la inmigración
Los barracones del Sardinero han estado íntimamente ligados al tema de la inmigración ilegal durante muchos años, llegando a ser varias las decenas de ilegales que allí montaron su “hogar”. Tras el vallado y el cierre de los boquetes, hace unos días algunos inmigrantes volvieron a ocultarse en su interior produciéndose un incendio que debió ser apagado por los miembros del Servicio de Extinción de Incendios sin que se produjera daños personales.