El robo con violencia que sufrió un vecino de Castillejos en la barriada de La Almadraba de Ceuta, y que ha denunciado los hechos a El Faro, pone en primer plano la cuestión de la seguridad en la zona próxima a los comercios que hay cercanos a la N-352.
El pasado martes, este hombre, tras comprar en el Mercadona próximo a la frontera, bajó a la cafetería que está en La Almadraba haciendo tiempo hasta que el paso fronterizo se normalizase “para salir” a Marruecos. “Mientras esperaba, vino un hombre y dijo que por qué me había meado junto a su casa. Yo no lo hice, evidentemente”, narra la víctima. A continuación, este hombre le pegó y otro que le acompañaba, cuenta, “sacó un arma blanca”. “No pude hacer nada porque me estaba protegiendo la cara. Se llevaron todo lo que había comprado en el Mercadona. Tuve que escaparme. Había gente cerca y nadie me ayudó”, recuerda.
Calcula que el valor total de las mercancías que le robaron rondaba los 45 euros.
Asegura que cree que fueron entre tres y cuatro individuos los que le atacaron. Cree también que aprovecharon la densa niebla que hubo el martes por la tarde-noche para cometer el atraco.
Para este hombre, es parte de la rutina venir a comprar a Ceuta. También lo es esperar en La Almadraba hasta que tiene conocimiento de que se puede pasar sin retenciones ni bloqueos la frontera. Ahora, dice, esperar ahí “no es seguro”. “Hay muchos grupos de distintas edades, también mucha gente que vive en la calle. Ya se han producido cuatro agresiones”, explica.
El punto de la inseguridad, también es confirmado por algunos comerciantes. Algunos han tomado la decisión de esperar a que haya gente en los alrededores para poder salir de noche al cerrar sus negocios. Tienen miedo de que les roben o les puedan agredir. La sensación ha aumentado tras los últimos sucesos que han acontecido estas últimas semanas.
Este ciudadano marroquí asegura que comprar productos en nuestra ciudad le permite “buscarse la vida”. De igual manera, reconoce que nunca le había pasado esto en La Almadraba. Sí que le pasó un suceso similar, otro atraco, en aquella ocasión en las naves del Tarajal. De este otro incidente pasaron 12 años.
Aunque ha ocurrido intermitentemente, los sucesos similares al que sufrió este hombre, han sido habituales en los últimos años en las naves del Tarajal, cuando la actividad del polígono cercano a la frontera era más intensa.
El agredido, desde la indignación, ha afirmado que quiere averiguar quién es el individuo que le agredió y así poder denunciarle con nombre y apellidos.
A ello, también ha querido sumar la intención de denunciar estos hechos en los medios, como este periódico, para darle difusión y conseguir así prevenir que estos sucesos puedan ocurrir a otras personas que transiten habitualmente por esta barriada.
“Esto me ha sorprendido, no es algo normal. Me pegó un fuerte golpe en la pierna y sigo dolorido”, confiesa. La gente de allí denunció a la Policía que estaba a la altura del puente de La Almadraba, y no han hecho nada. La Policía les dijo que tenía que denunciar.
Dice que ayer acudió a denunciar una situación por la que, reconoce, se ha sentido “humillado”.
Como él, muchos ciudadanos marroquíes acuden a nuestra ciudad para aprovisionarse aprovechando la cercanía de grandes superficies, para por la tarde cruzar a Marruecos de vuelta a casa.
Esta barriada, una de las más cercanas a la frontera, también se está viendo afectada por las obras que afectan tanto a la frontera como a la carretera N-352 y cuya fisonomía cambiará completamente dentro de unos años, cuando se termine este proyecto.
La situación en este punto se ha visto complicada en los últimos meses, no solo ya dentro de la ciudad, si no para los transeúntes que suelen moverse a diario entre España y el país vecino. Precisamente, este último lleva desde hace unos meses tomando medidas respecto a los controles que realiza con la documentación de los ciudadanos en el paso fronterizo y que ha provocado tanto bloqueos como avalanchas.