La Asociación marroquí de Derechos Humanos con sede en Nador (Marruecos) sigue esperando respuestas a las múltiples preguntas surgidas en torno a la muerte de un guineano cuyo cadáver fue encontrado tras una redada de la Policía marroquí. Quienes fueron testigos de esa muerte están siendo detenidos y alejados de la zona, lo que a juicio de los activistas es una manera de evitar una investigación que lleve a la localización de culpables.
La semana pasada hubo redadas en el bosque de Boulingo, llevándose del lugar a posibles testigos de lo ocurrido. “En lugar de abrir una investigación sobre la muerte y detener las redadas nocturnas, las autoridades de Nador detuvieron a todos los inmigrantes, hombres y mujeres, que manifestaron su ira después de la muerte de su colega guineano. En total más de 190 inmigrantes fueron detenidos y devueltos la noche en el centro de encierro en Arekmane”, expone la asociación.
Los datos que han trascendido hasta la fecha es que el fallecido fue golpeado en la cabeza por un miembro de las fuerzas auxiliares marroquíes. Después de ser hallado su cuerpo se adoptó una respuesta inmediata: la de proceder a detenciones de otros inmigrantes de la zona que estuvieron presentes “en el ataque”. “Los detenidos desde el fallecimiento del inmigrante guineano siguen secuestrados en el centro de encierro de Arekmane. Amdh Nador ha podido constatar que dos autobuses de devolución están estacionados cerca de este centro. Las autoridades marroquíes esperan el desplazamiento de un representante de la embajada guineana en Marruecos para proceder a su deportación a su país”, aclaran.
Hubo dos subsaharianos que quisieron declarar y no han podido hacerlo. Tampoco se ha dado información oficial sobre la autopsia hecha al cadáver para conocer las causas exactas de la muerte. La asociación de derechos humanos insiste en que se tiene que llevar una investigación sobre los hechos, aunque las respuestas oficiales son inexistentes, nadie habla ni se posiciona en torno a lo ocurrido.
Redadas como la llevada a cabo en el entorno de Nador constituyen la respuesta que da Marruecos a los amagos de entrada que se producen en el entorno fronterizo. A la acumulación de personas en los montes próximos a las vallas que separan el vecino país de Ceuta o Melilla se responde de esta manera: con batidas, intervenciones extraordinarias y detenciones masivas.