La Oficina de Obras del Príncipe está recabando información para elaborar un listado sobre las construcciones ilegales en la barriada, y lo está haciendo a tenor de las denuncias, unas 35 aproximadamente, procedentes de Defensa, Policía Local y los propios vecinos que, indignados ante la presencia de este tipo de edificaciones, han denunciado la situación de irregularidad de las mismas.
El trabajo previo al derribo de estas construcciones consiste, fundamentalmente, en un balance de las construcciones, así como una evaluación del régimen de cada una de las familias que ocupan estas viviendas. “En su gran mayoría son construcciones de hormigón o cerramientos de obras, porque las edificaciones de chapas ya se han erradicado prácticamente”, explica el arquitecto municipal Javier Arnaiz.
Por el momento, el estudio se lleva a cabo sobre el plano, situando las zonas más conflictivas en lo que a construcciones ilegales se refiere. “Además del proyecto de urbanización, se trata de un estudio sobre dónde se ubican los focos de máxima actividad de construcción en la zona”.
Aunque el problema es generalizado en toda la barriada, es más acuciado en el puente del Quemadero, donde de las cinco familias estimadas en un principio, ahora se calcula que el número podría encontrarse entre las ocho o nueve más, “es lógico porque mientras no se derriban las construcciones, se van metiendo más familias”, explica Arnaiz.
Una vez elaborado el informe, le tocará el turno a la Consejería de Asuntos Sociales que determinará la situación de cada una de las familias desalojadas a fin de reubicarlos, bien a través del programa de alojamiento alternativo, bien en alguna de las promociones de vivienda de promoción oficial que construya la Ciudad.
La urbanización del Príncipe, por tanto, depende en gran medida de la elaboración de este informe como paso previo a actuaciones tales como San Daniel, cuyo fin último es dotar la zona de accesibilidad, además de establecer una conexión con la ITV. “Falta el control de los accesos interiores al Príncipe y resolver temas de aparcamientos que es lo que más demandan los vecinos”.
El proyecto acometerá este problema para lo que se crearán un total de 241 plazas, distribuidas en siete zonas de parkings que se repartirán de la siguiente manera: en la calle San Daniel con el tramo de comunicación con el Príncipe Felipe (97); plaza Padre Cervos (15); zona lateral y trasera del fuerte Príncipe Alfonso (82); frente a la iglesia de San Ildefonso (6); tramo central de la calle San Daniel (5); calle Este (23), y confluencia de las calles San Daniel y Rafael Orozco (13).
La obra recoge la actuación de remodelación de las calles San Daniel, María Jaén, Rafael Orozco y plaza Padre Cervos. Consiste, principalmente en la instalación de abastecimiento de agua potable, red de riego, de saneamiento separativa (fecales y pluviales), así como la implantación de tubos en vacío para telefonía, alumbrado público y red eléctrica.
Vertederos ilegales
Al margen de las edificaciones ilegales, otro de los problemas a los que se enfrentan a diario los responsables de los proyectos de urbanización es la aparición de vertederos descontrolados, especialmente en la zona del Príncipe. “Los proyectos de urbanización del vial que rodeaba el Fuerte todavía no están aprobado y la gente utiliza la zona para vertidos porque son accesibles”. Esto deriva, además, en fuegos, provocados o no, el último de los cuales tuvo lugar en un terreno próximo al mencionado fuerte del Príncipe.
Recientemente tuvo lugar uno de los primeros derribos de construcciones ilegales que se acometerá en la barriada del Príncipe como paso previo a la urbanización y rehabilitación de varias de las zonas de la barriada. En esta ocasión le tocó el turno a una de las viviendas de la calle Norte, en aplicación al decreto suscrito por la Consejería de Fomento para la erradicación de este tipo de edificaciones.
La construcción en concreto impedía la ejecución de la estructura viaria de una rotonda cuyo objeto es la anexión de la ITV con la futura prisión y el puente del Quemadero.
Las operaciones de derribo se van ejecutando de manera escalonada, a medida que se vaya necesitando ocupar los viales con las obras, según explicaba Arnaiz, aunque también, y de manera previsora, se trabaja en la demolición de este tipo de construcciones, antes incluso de que se acometa la obra.
El ritmo de la demolición puede ser, sin embargo, insuficiente para acometer los futuros proyectos, según plantea el arquitecto municipal. Arnaiz confía en que los derribos de construcciones ilegales continúen a buen ritmo de modo que no interfieran en las obras de remodelación del Príncipe.