Recibió la Medalla de la Autonomía de manos del presidente de la Ciudad, Juan Vivas, pero fue su sobrina Sumaia quien ofreció sus palabras de agradecimiento a los asistentes al acto del Día de Ceuta. Mohamed Mohamed Stitu se dirigió a los asistentes, a través del discurso de la joven, quien resaltó las “horas de trabajo e ingentes cantidades de actividades” de la asociación, en pro de la mejora de todos aquellos que padecen esta enfermedad.
“Esta enfermedad hay que compartirla y no vivirla en soledad”, era una de las argumentaciones que el presidente de la asociación ofrecía en su discurso tras la imposición de la medalla.
Reconocido por su ardua tarea al frente de la asociación, las palabras de Stitu, en boca de su sobrina, recordaban que “el Parkinson no puede impedirnos que soñemos. La unión hace la fuerza y queremos conseguir ese sueño”.
El homenajeado recibía su galardón visiblemente emocionado y arropado por familiares y amigos que reconocían así su labor y su lucha al frente de la asociación.
Toda una vida de lucha
Vecino del Príncipe, Stitu se crió en esta populosa barriada junto a su madre y sus tres hermanos. De su progenitora, viuda desde muy joven, aprendió a que “para comer había que trabajar”. No pudo terminar sus estudios por falta de medios pero recibió clases de castellano por la mañana y de árabe por la tarde, “en una escuela pública, verdadero ejemplo de integración”. Desde que le diagnosticaron la enfermedad del Parkinson ha luchado para superarse día a día, y por ayudar a otros como él, a conseguir una plena integración en la sociedad. Quince años de lucha contra esta enfermedad hacen de Stitu una persona que no se rinde hasta las adversidades y así lo transmite a sus amigos y familiares.