La oposición, o parte de ella, ha despertado de su sueño de verano para opinar de algo tan relevante como es el nombramiento del nuevo gerente-director-mandamás de la tele pública. Como si en ese nombramiento nos fuera la vida al común de los mortales. A mí sinceramente me da igual quién lleve las riendas de RTVCE, serán sus trabajadores los que tengan que lidiar con el nuevo jefe y los ceutíes que siguen este medio quienes opinen si les gusta o no. Ahí se acabó el culebrón. Ni un fuego en Arroyo Calamocarro, ni un kamikaze que casi se lleva por delante a varios agentes... ni una política migratoria contra los derechos humanos, ni un salmonella de Feria. Nada ha sido capaz de movilizar a la oposición salvo el nombramiento del jefe de la Pública. Como si en ello nos fuera la vida.
¿El pacto PP-PSOE? Tampoco descubren nada nuevo. Está claro que Manuel Hernández ha jugado sus cartas: lo ha hecho para conseguir votos en dos feudos importantes, ha elegido qué barriadas le convenían y qué grupos de trabajadores podía movilizar. Le ha salido bien la jugada, el siguiente capítulo vendrá cuando los que le apoyaron le recuerden cómo fue su travesía. Entonces hablaremos de otra historia bien distinta.
El PSOE ha hecho lo que pretendían otros partidos. Lo que no entiendo es su insistencia en negarnos el bipartito, el acuerdo con los populares. Entiendo que se crean merecedores de un partido histórico que hace tiempo que él y otros se encargaron de destrozar. La realidad es tozuda y este PSOE no tiene nada que ver con la línea de defensa histórica de un partido que hizo mucho y que ahora no lo reconocen ni quienes han abandonado el barco.
Manuel, que aún no controla bien a los suyos y eso le genera disgustos menos mediáticos que el de Acemsa, quiere hacerse el anti-PP de cara a la galería, aunque luego pacte sus asuntos, coloque a los que quiere y aproveche el tiempo de legislatura de cara a la ambición que tiene presente. Él y los suyos. Mundo de ambiciones, mundo de querencias, mundo de esta tarta me la como yo.
Y el PP mientras tanto adormecido. Seguro que el alcalde está ahora molesto con algunas de las promesas que hizo en campaña, seguro que se arrepentirá de muchas historias, mientras en la sede de los populares siguen guardando el luto, con un partido que está más muerto que vivo y que solo aparece mediáticamente para opinar sobre asuntos nacionales.
Pues eso es lo que tenemos. Un nombramiento molesto, una queja unánime de la oposición, un acuerdo negado, un subidón de verano... que nos deja este panorama político tan bajuno, tan nefasto que una aspira a que en septiembre, con la vuelta al cole, todo vuelva a su ser. Una aspira, les he dicho, no que una lo crea.