Recibí varios wasap de mi cuñado donde me decía: "Óscar quiere matizar y hacer unos incisos. Cuando mi bisabuelo salió de Villajoyosa con dirección al País Vasco, fue con toda la familia, a excepción de mi abuelo Antonio, que se quedó aquí. El motivo fue garantizar que, en caso de que fueran interceptados por gente no afines a ellos, que pudiera seguir la buena labor que estaba haciendo mi bisabuelo. Como ya he dicho, estaba anunciado que Antonio fuera el sucesor de Paco. Por eso decidió, con todo el dolor de su corazón, que se quedara aquí para que, en el futuro, pudiera seguir con la consulta de su padre. Aquí se quedó con unos familiares. Ya tenía el chico catorce años y, como era razonable, le quedaba muy poquito para tener esos acaramelados 21 años que era la mayoría de edad por aquella época. Él había ayudado a su padre desde muy temprana edad y por eso tenía experiencia. La clientela siguió yendo a buscar sus soluciones y, cuando vio a esta personita tan pequeña, que no perdía la veracidad del padre, siguió la consulta llena. Era también una forma de ganar dinero para los gastos que tenían tanto Paco como Antonio. Aunque debo de advertir que allá, en el País Vasco, también Paco monto un gabinete que fue muy bien acogido. Sabéis de las personas que por esas tierras jugaban con las fuerzas del más allá. Y comprobaron que estos señoritos de Alicante sabían un rato del poder que el más allá les habían otorgado. Pero seguían estando inseguros. La nueva red de informantes que montó mi bisabuelo le advirtieron, nuevamente, que no estaba seguro. De nuevo, la persona que estuvo detrás de él en Villajoyosa, la localizó. Dios sólo sabe cómo a tan larga distancia y entonces, nuevamente, tuvo que emprender un nuevo viaje hacia el exilio. Esta vez, a un pueblecito francés donde descansan sus restos mortales. Voy a correr un tupido velo para que no sea molestado mi bisabuelo donde descansan sus restos mortales. Sí debo de decir que se quedaron casi todos los lienzos aquí, en este pueblo alicantino. Y el primero en empezar a escribir sobre ellos fue mi abuelo Antonio. También lo hizo mi padre, pero el empezó a escribir allá por los años ochenta, cuando sacó a la palestra una lámina donde se veía a dos púgiles en plena acción boxeando. Uno tenía unos calzones con unas rayas horizontales, con los colores blanco y rojo, de unos ocho centímetros, siendo combinados cada color; y el otro, sus calzones eran completamente de color rojo. Estaba fechado el 12 de marzo de 1932. Mi padre publicó un artículo donde vaticinó un enfrentamiento entre las dos grandes potencias que eran, y son, Estados Unidos de Norte América y la URSS, la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas. Lo hizo un 7 de enero de 1980. Nuevamente, mi bisabuelo había dado con una predicción con mucha antelación. Todo gracias a la sagacidad de mi padre José. Siguió con otra lámina donde se veía muchos muertos y una palabra en medio. SIDA. Publicó, también, el artículo el 17 de febrero de 1981. Diciendo que algo que se llamaba ‘sida’ iba a matar a mucha gente. La lámina estaba fechada el 14 de agosto de 1932. Hubo mucho revuelo con este artículo en Alicante, ya que faltaba unos tres años para hacerse este descubrimiento. Donde recuerdo que, al producirse relaciones sexuales con personas infectadas, estaban con un pie y medio en la tumba. Volví a interrogar por wasap a Óscar para preguntarle si eran los mismos hermanitos los que ayudaban tanto a Paco, Antonio, José y, también, a él, Óscar, dándome una respuesta heterogénea. Eran muchos y algunos coincidían. Esto era igual que aquí, en la tierra: muchos son capaces de llevar varias cosas hacia adelante y otros, se conforman con estar en un sitio y otros, no quieren saber nada de nada. Pues en este mundo era igual. Estaban los que les gustaba la marcha, los que querían ayudar un poco y los que lo hacían a ratos.