Los tres jóvenes marroquíes que asesinaron y decapitaron a dos turistas escandinavas el pasado 17 de diciembre en una montaña del Atlas han sido condenados a muerte por el tribunal que los juzga.
El Tribunal de Apelación de Salé (ciudad vecina de Rabat), encargado de delitos de terrorismo, condenó así a la pena capital a Abdessamad el Joud (vendedor ambulante de 25 años), Youness Ouziad (carpintero, de 27), y Rachid Afati (carpintero, de 33), quienes poco antes de perpetrar su acción habían jurado lealtad al grupo yihadista Estado Islámico.
Los tres han confesado ser los autores materiales del asesinato de la ciudadana danesa Louisa Vesterager Jespersen, de 24 años, y de su amiga noruega Maren Ueland, de 28, que fueron decapitadas el pasado 17 de diciembre dentro de su tienda de campaña cuando hacían montañismo en la localidad de Imlil en horas previas a su ascensión al monte Toubkal, la cumbre del Atlas y del norte de África.
Los otros 21 juzgados por complicidad en aquellos hechos en distintos grados han sido condenados a penas de entre cinco años y cadena perpetua.
Entre ellos está el ciudadano hispanosuizo Kevin Zoller Güervos, condenado por su parte a 20 años de cárcel por su complicidad en aquellos hechos, aunque durante el juicio ha tratado de desmarcarse por completo de aquel crimen y sus autores: "He tenido la desgracia de coincidir con malas personas en mi camino. No soy extremista y nunca lo he sido", dijo Kevin ante el juez.
Los principales cargos para todos los condenados fueron "formación de banda criminal para preparar y cometer actos terroristas", "atentar de forma premeditada contra la vida de las personas", "comisión de actos salvajes", "posesión y uso de armas", "intento de fabricación de explosivos", todo ello en el marco de "un proyecto colectivo para atentar contra el orden público".
El juez Abdelatif Amrani siguió casi al pie de la letra las peticiones de la Fiscalía y condenó así a la perpetuidad a Abderrahman Khayali, otro cómplice de los autores, que estaba al corriente de los hechos aunque no estuvo presente en el asesinato.
Los tres condenados a muerte más Khayali deberán pagar además conjuntamente dos millones de dirhams (200.000 euros) en concepto de indemnización para los familiares de las víctimas, aunque es improbable que puedan hacerlo dado su pobre condición económica, pues, de hecho, ni siquiera pudieron pagarse un abogado).
El juez Amrani, que tardó tres horas para efectuar las deliberaciones previas al veredicto, leyó la sentencia en medio del silencio, pues había advertido de que no toleraría perturbaciones en la sala.
Mientras que los condenados escucharon su sentencia sin pestañear y fueron abandonando la sala en grupos, algunos de los familiares presentes en la sala no pudieron reprimir las lágrimas, y principalmente la esposa de Kevin Zoller, que tuvo que ser evacuada tras ponerse a llorar ruidosamente.
El juez denegó la petición de las defensas de ordenar un peritaje para los acusados por sus supuestos desarreglos psicológicos, como desestimó también la responsabilidad civil subsidiaria del Estado, solicitada por los abogados de las víctimas por la supuesta ineficacia o negligencia a la hora de garantizar la seguridad de la población.
Las partes tienen ahora diez días para apelar la sentencia.
En su último turno de palabra, los cuatro acusados principales parecieron arrepentidos de sus actos y dijeron: "Que Dios nos perdone", mientras que los otros 20 trataron de desvincularse de ellos, aunque no negasen su ideología extremista.
Pese a las condenas a muerte, es improbable que los tres acusados principales sean ejecutados, ya que existe en Marruecos una moratoria de hecho de la pena capital, y el último reo ejecutado lo fue en 1993. Aun así, persisten en el Código Penal diez delitos que están castigados con la pena de muerte.
Yo creo we se hagan justicia de una vez de ven pagar cadena perpetua se lo merecen eso no es imjusto we paguen we delito no hay derecho we est En vivo se merecen morir dios Inchalah la silla eléctrica
Los ultraparanoicos nunca dejarán de esgrimir los echos de estos tres perturados como escusa para reprimir la verdadera cara del Islam ...los intereses van contra una repulsa al sincretismo cultural migratorio en Europa,mas hallá de las indumentarias y cierto hermetismo social,la cara amable del Islam en Europa es visible y logra sobrevivir a pesar de la mala prensa que retoma de sucesos irracionales y aberrantes los cliches con los que se nutre el imaginario popular...actos repudiables que están fuera de cualquier musulmán que no modera su amor al prójimo...
Estos perros se merecen estar toda su vida en las carceles de marrucos ,que los encierren en la peor de todass , que sufrann lo maximo posible,se que muertos lo pasaran peor ,pero tmbien se que los familiares de esas pobres chicas descansaran viendo a esos dos hijos de...bajo tierra. OLEE POR LA JUSTICIA MARROQUÍ!!!!!
Ante veia el video y ahora no,creo que el video deberia seguir para que la gente vea realmente lo que hacen.
Esos hombres necesitan que sufran y vivos .... por que muertos descansarán.. tienen que vivir y sufrir y eso no es islam no son musulmanes.... el corán no dice nada de eso ... si no todo lo contrario .... "espero que sufras en vuestra tumba".
Los tres asesinos condenados a muerte son los enemigos del ISLAM por culpa de la ignorancia, ensucian con los hechos cometidos la imagen del verdadero ISLAM empujando al mundo entero creer que lo cometido asesinando a las dos turistas nórdicas es el ISLAM.
ole por la justicia Marroqui
Me da asco verlos, condenar a los tres asesinos a muerte es muy poco porque van a descansar, tienen que sufrir de por vida como sufren y seguirán sufriendo los familiares de las dos turistas nórdicas. Matar, acribillar o degollar a las personas inocentes no existe en ningun libro sagrado, pero como la ignorancia es atrevida, pues pasó lo que pasó y espero que no vuelva a suceder, y si alguien piensa que irá directo hacia el PARAISO, está equivocado porque las dos nórdicas no cometieron ningun delito.
A éso se le llama impartir Justicia.
Habrá otros casos pero no serán éstos los autores. Encerrados y perdida la llave.