La confirmación de un caso positivo de rabia en Ceuta es una de las noticias más graves y serias que podrían haber sucedido. Lo es a pesar del interés unánime de la Consejería de Sanidad por insistir en el mensaje de que todo está bajo control y sin riesgos, dejando mientras tanto muchas cuestiones sin contestar y muchos puntos sin ser aclarados. El hecho de que en Ceuta siempre haya existido un especial celo por su proximidad a Marruecos, unido a la obligatoriedad de la vacuna antirrábica, ha sido determinante para que se cuente con ventaja en torno a este asunto que preocupa. Preocupa y mucho, sobre todo entre quienes asistimos con inquietud a una situación rocambolesca que ha causado muchos daños colaterales y va a provocar cuantiosas víctimas. Pero nada ya se puede hacer. Tenemos un positivo en rabia y hay que asumir que las semanas venideras son importantes no, cruciales.
Políticamente el interés se sustenta en un único movimiento de ficha: no hay riesgo, todo está bajo control. Pero falta un despliegue de información inmediato que ya debía haberse producido. Las campañas informativas, los anuncios, los bandos y el control en las calles debería haberse visualizado ya. Eso no es ser alarmista, es ser consecuente con un estado que es cuanto menos anormal y que ha derivado en la clausura de la Protectora de Animales y en la apertura de una investigación de cómo pudo llegar el cachorro con rabia a Ceuta y de qué manera cruzó la frontera hasta dejarlo en este recinto.
Se han dejado muchas dudas sin resolver en el camino, sin reparar en los daños colaterales
De momento, días después de que todos sepamos que hay un positivo en rabia, se ha difundido una nota de prensa con medidas que deben cumplirse y no se están cumpliendo, por ejemplo. Medidas como la de llevar el perro con correa, con bozal en determinados casos, controlar movimientos de animales en determinados puntos... Todas las pueden leer en prensa, ¿pero se está ejerciendo una vigilancia en toda regla para comprobar su cumplimiento?, ¿se han tenido en cuenta las consecuencias de una clausura de la Protectora, qué pasa con los animales que están en acogida, los que ya no pueden ser recogidos, los viajes al extranjero... la imagen que tendrá Ceuta de cara a posibilitar la recuperación y acogida de todos ellos?
Se confunden las preguntas con el alarmismo cuando los ciudadanos quieren saber qué va a pasar a partir de ahora, no las leyendas políticamente correctas de quienes insisten en todo lo contrario a lo que nos estamos topando.
Me da mucho más miedo un político en el ejercicio de sus funciones que un perro con rabia.
Los políticos cada vez van más a lo que van y son más ineptos, esa es mi opinión y la de la mayoría de las personas con las que hablo a diario.