Los sindicatos Comisiones Obreras (CCOO) y Unión General de Trabajadores (UGT) mostraron ayer su descontento con el resultado de la movilización contra la reforma laboral, que no consiguió congregar en la Plaza de los Reyes a más de 150 personas.
El secretario general de CCOO de Ceuta, Juan Luis Aróstegui, reconoció que el resultado “no es bueno” y reconoció estar preocupado porque -dijo- la escasa participación demuestra “que no hay convicción para oponerse a la reforma laboral con la fuerza suficiente que requiere una batalla de esta envergadura: estar ante una corriente de pensamiento avalada por partidos políticos de gran implantación y mucha fuerza en el Congreso”. Aróstegui continuó diciendo que si los trabajadores no son conscientes de que hay que movilizarse para contrarrestar “estaremos poniendo una alfombra roja a quienes quieren hacer de las relaciones laborales una relación de esclavitud y explotación”.
No obstante, Aróstegui espera que los trabajadores “maduren” su opinión sobre esta situación y “reanimándose”, y defendió la figura del sindicalismo, ya que -manifestó-, “es la única trinchera que le queda a los trabajadores en la defensa de sus intereses, por lo que una falta de confianza en los sindicatos sería sobre sí mismos, no hay alternativas”.
Por su parte, el secretario general de UGT, Antonio Gil, lamentó que las concentraciones en Ceuta resultan “muy desalentadoras”. También habló del poco seguimiento que tienen las protestas en otros lugares de España. No obstante, el líder de los ugetistas ceutíes espera que con la reforma laboral se “reactive” la conciencia del trabajador. “Hasta ahora esa pasividad se ha cuestionado y se ha visto distintas posibilidades como que los días 1 de mayo haya una gran concentración en un punto del país para escenificar un rechazo rotundo y completo”, manifestó.
Gil señaló a la composición del tejido productivo con el gran número de empleados públicos como uno de los motivos de la “pasividad”.
“La huelga debe paralizar el país”
El líder ugetista en la ciudad autónoma espera que la huelga general, prevista para el 29 del septiembre “paralice al país”, para hacer llegar así al Gobierno y a los diferentes partidos políticos su malestar por la reforma laboral. “Si los trabajadores no mostramos nuestro total rechazo a la reforma y no nos posicionamos frente al Gobierno lo vamos a pasar muy mal”, manifestó Gil. El líder de los ugetistas recordó que la respuesta es de los trabajadores y que esta reforma, que calificó de “bastante lesiva”, afecta a todos.