Dos meses de viaje. 38 años. Nacido en Guinea Conakry, con Ceuta como ciudad erigida en su última estación no buscada. Este el panorama que se encontró en la mañana de ayer este joven subsahariano, después de que el conductor de un vehículo lo abandonara tras colarlo en la ciudad. Fue encontrado en la barriada de Los Rosales y con él se topó una de las dotaciones policiales que participaba de un registro llevado a cabo en las proximidades.
El joven, asustado, fue atendido por una patrulla a la espera de la llegada de la ambulancia de la Cruz Roja, que se encargó de confirmar su buen estado de salud, procediéndose a su traslado hasta la Jefatura Superior y posterior ingreso en el CETI. Él, como otros subsaharianos, encarnan esas entradas por goteo que se están produciendo y que cuentan con la participación de las pequeñas redes que ‘trabajan’ a ambos lados de la frontera mediante el tráfico de personas.
Otro más y así, un día y otro